Una imagen vale más que cien palabras se repite una y otra vez. Capturar momentos, instantes, sensaciones, personas, ensimismarse con tu propia imagen, tratar de descubrir que es lo que se esconde en lo más recóndito de la persona.
Jesús Alcoba escribe en El País dominical que "la inspiración es un fenómeno humano que ha permanecido envuelto en su misterio durante siglos, desde que la mitología griega hablará de la divina acción de las musas, que eran hijas de Zeus y Mnemósine, la diosa de la memoria".
Esta inspiración empuja a Isabel una joven fotógrafa apasionada por la reproducción de la realidad, trascendiendo a ella, dandole sentido y mensaje.
Ciertamente querida Isa no es tarea fácil llegar al alma de los sucesos y descubrir a las personas como protagonistas de este regalo divino, aunque forjado por los humanos, que es la vida.
La perrita de tu madre tiene orejas enormes que le acreditan el nombre que le ha puesto Don Gil ese cortejador impenitente, que la retrata perfectamente, Dumbita, ahora que Dumbo ese elefante volador esta de moda.
Se que permaneces las horas muertas tratando de captar el primer vuelo de Dumbita, como los fotógrafos que tratan después de mil y seguimientos retratar a Malú dándose un achuchon con Albert Rivera. Por cierto este romance tiene embobados a muchas jovencitas como a Cintia la chica genio de Castellón.
En dos de mis últimos libros las portadas son de una bella e intrépida fotógrafa rumana Nicoleta que hace un tipo de fotografía escultórica. Te convendría hablar con ella para cambiar impresiones y convertir tu pasión por la fotografía en un arte.
Mi primera fusión con la fotografía fue en Japón asistiendo a las ceremonias y actos paralelos de los trágicos aniversarios de Hiroshima y Nagasaki. Dios míos cuantas fotos
y estábamos al comienzo de los noventa del siglo pasado. Aun estaban en mantilla la pesadilla de Kodak los teléfonos inteligentes provistos de cámaras y transmisión instantánea de imagenes. Aquellas gentes se sentían como esas grullas de papel que simbolizan la paz y que los niños reproducen por millares en Japón.
Creo que Isa y los miles de Isos que circulan por el ancho mundo son dignos de admiración por su afán de ser cazadores de mariposas, a veces vivas, alegres, festivas o trágicas, dolorosas o mensajeras de catástrofe y muerte. Perseguir la belleza, el compromiso por la paz y la fraternidad es una gran tarea o simplemente buscar la belleza, ese momento que nos asocia con la divinidad.
Isa linda, sea cual sea tu motivación si perseveras serás una artista, sometida como tu madre en versión Maria Callas a los avatares de la existencia, pero busques la trascendencia, el mensaje o la estética estas en el buen camino y no olvides que para Gandhi no hay camino para la paz, la paz es el camino, recorre esa senda con tu arte. Emociónate y emociananos. Crea y Sobrevive.
Joaquin Antuña - Joaquinant@hotmail.com
