Para Hegel la lechuza de Minerva vuela al anochecer, cuando la razón piensa en la penumbra.

La Virgen Minerva, convertida en nuestra Virgen María, que en la Grecia clásica representaba a Palas Atenea. La lechuza era el símbolo de la sabiduría que caracterizaba a Atenea, la diosa de la razón nacida de la cabeza de Zeus.
Esta reflexión clásica y romántica de esta lechuza que vuela después del crepúsculo puede servir de metáfora del aprendiz de filósofo cuando las circunstancias de la vida y las decisiones de sus compatriotas pugnan con la razón.
Si los necios se imponen solo cabe aceptar la decisión de la mayoría y acatar las reglas de la democracia y empezar el exilio interior, que era lo que a la fuerza se practicaba en los tiempos tenebrosos de la dictadura.
Estoy hablando de un estado de ánimo que puede o no ser compartido. Una travesía del desierto que en el franquismo y en los regímenes de igual índole dura muchos años. En España fueron cuarenta largos años.
Escribo bajo el influjo de las encuestas que dan alas a los aventureros, a las aves carroñeras que quieren vivir de los despojos de sus escabechinas, que predican un odio excluyente y pretenden construir un futuro con lo peor de nosotros, la intoleracia, la ruptura con nuestras tradiciones y explorar una tercera Republica, después del desastre de las dos primeras.
Si estos negros vaticinios se cumplen empezará un largo vuelo de la lechuza después del crepusculo y comenzara el exilio interior. España es un país de exilio en el siglo XIX y XX, solo que ahora los causantes del exilio no serían los liberales o amantes de la libertad los que nos hacen huir sino los cavernarios, aunque en una impostura más presumen de progresistas, cuando son retrogrados.

Un triunfo de la nueva caverna apoyada por una nueva religión verde, que desea imponer una dictadura del espíritu. No nos pueden hacer comulgar con ruedas de molino, por muy ecológicas que sean y estén tan en voga.
Llevaremos con paciencia las ocurrencias y los dislates, mientras en lo más profundo de nosotros mismos y en el crepúsculo sigamos construyendo un mundo más libre y justo, donde no te roben ni el pan ni del plato, ni de la mente, que vienen hambrientas estas hordas victoriosas.
El sueño de la razón produce monstruos.
Joaquin Antuna - joaquinant@hotmail.com