Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

Caminos inciertos

lunes, 18 de marzo de 2019
Vivimos, de momento, mientras no acabemos de destruirlo, en un mundo muy complejo donde el dinero se ha vuelto a convertir, si es que alguna vez se fue, en el becerro de oro. Curioso argumento donde lo humano y el respeto de los pobres es predicado por todas las religiones con escaso eco. Es la auténtica contradicción del hombre. Todo el mundo parece odiar el maldito parné y, sin embargo, por él se cometen las mayores atrocidades del mundo. No hay guerras ideológicas, sino guerras económicas,como en la actualidad nos está demostrando nuestra querida Venezuela.

Mientras tanto, resulta curioso que los partidos, teóricamente más creyentes, sean los que defienden las fronteras con más ahínco. Son los que rechazan las pateras y sus simpatizantes los que más echan mano de la religión para justificar su posición xenófoba. Y olvidan que todas las fronteras son inventos de los hombres, que ellos mismos legalizan, para preservar su parcela.

EFÍMERO TEATRO

Vivimos obsesionados, al menos en esta parte del mundo donde la opulencia parece medrar para una minoría, sumergidos en un teatro efímero de máscaras que tratan de tapar el ego, de necesidades absurdas y superficiales, con decorados pretenciosos y chabacanos, con tecnología que desconocemos y nos supera, con ropajes de cirugía y gimnasio, vacíos de sentido común…mientras los pobres espectadores se aburren echando cuentas a su exigua pensión, contando los garbanzos y atiborrados de patillas para la ansiedad y la depresión.

Son los parias en que nadie repara, fáciles presas de desalmados y oportunistas.Caldo fácil para la demagogia y el engaño. Son aquellos a los que manipulamos con comida basura, alcohol, casinos, apuestas y otras drogas.

Nadie repara en los mafiosos que los explotan y desempeñan roles de bienhechores. Forman parte de la función, como los bufetes de abogados y jueces de dudoso proceder. Por la derecha entra en escena la política. Si realmente hubiese efectiva separación de poderes, se estropearía el circo de estos leones de cartón piedra que pululan por ella revestidos de prebendas y señorías. Son individuos que generan nerviosismo y generan dudas en sus interlocutores. Una mezcla entre fantasmas y presuntuosos con lenguaje afectado y apostando a caballo ganador. Realmente títeres y bufones de poderes facticos más eficaces que estos tristes diputados. Vivimos donde reina la demagogia y la estupidez. Para ellos la filosofía es una antigualla y la solidaridad una chatarra que estorba. Somos animales ávidos de aplausos- otra vez nos conformamos con lo efímero- y éste es la medida del éxito que se disfraza con maquillaje de mentiras, trampas y envidias. Vivimos para conquistar- defecto genético depredador- en vez de ser generosos para ser felices. La felicidad es el fruto del amor a los demás y, sin embargo, vivimos con la cabeza erguida sin reparar que el suelo cura el orgullo y la necesidad ajena nuestra soberbia. Somos, a pesar de nuestra ademán altivo, unos auténticos imbéciles que hemos hecho del dinero el metro de las cosas y, sobre todo, de la personas.

No, no surgen filósofos, porque la atmósfera social es contaminante y huidiza. Huye de la realidad existencial y se refugia en las drogas, el sexo o el propio ego. Y no somos conscientes de que somos marineros de este barco, que es el mundo, y lo llevamos, atontados con tanta bobería, a la deriva. Porque el consumismo absurdo en que vivimos nos aboca a un Capitalismo destructor y éste a la explotación, no sólo de los recursos, sino de la personas. Odiamos, sin informarnos, todo aquello que se salga del guion y aborrecemos con auténtica saña palabras como cambio, revolución, espíritu crítico… Miramos para otro lado cuando vemos las muertes de nuestros semejantes víctimas del hambre o de los desastres naturales y, como somos muy sensibles, preferimos ahogar nuestras penas en alcohol o similares en vez de contribuir de un modo afectivo a buscar remedios.

¿REALMENTE SOMOS INTELIGENTES?

Siempre nos hemos creído superiores a los demás seres de la Tierra y, sin embargo, vistos nuestros “éxitos” uno cree que quizás convendría algo de autocrítica no vaya a ser que tantos listos llevados de sus genialidades nos lleven al desastre. Es urgente, como nos está recordando la juventud consciente, que cambiemos nuestros modos de vida, que nos reciclemos y hasta realicemos revoluciones pacíficas en nuestro cotidiano vivir. Si es necesario revertir situaciones, hay que hacerlo y ser conscientes de que no nos asiste ningún derecho de destrozar la Tierra llevados de nuestra avaricia. También pertenece a las generaciones futuras. ¿Para qué tanto afán por el dinero si lo gastamos en medicinas o miles de bobadas?

Tal como vivimos en nuestra sociedad, no parece que alcancemos la media de capacidad intelectual.

¿Por dónde empezar? A mí se me ocurre que lo más urgente ahora mismo es cambiar el aire de la atmósfera. No es ninguna novedad ni tampoco una exageración, pero las medidas correctoras son insuficientes. Hay nuevas fuentes de energía y las renovables son un potencial sin duda. Se acabó, o al menos debiera pensarse con tranquilidad, el abuso del petróleo y sus derivados como los plásticos. Hay alternativas como papel y madera. Hay que regenerar la Tierra con árboles y más árboles olvidarse de tanto hormigón y disfrute de enclaves privilegiados.

El mundo es de todos por más que unos egoístas se apoderen del entorno. Es necesario revertir la situación del deshielo y otros fenómenos asociados. Hay que fomentar la investigación en todos los campos y dotar de los recursos precisos a los que luchen por ella. Quizás ahí encontremos nuestros remedios.

Hay que cambiar los sistemas políticos profundizando en la democracia real, no efectista, que mediante las leyes precisas evite los abusos del Capitalismo salvaje. Son sueños hoy acabar con los paraísos fiscales, que como todo el mundo sabe, son trampas hechas por los golfos para preservar el dinero ilegal; pero es una meta y hay que alcanzarla. Es urgente su desaparición y su expropiación por los estados afectados. Y no puede haber ninguna ley, hay que cambiarlas, que permita burlarse del fin.

Es urgente que las leyes no permitan las trampas y aplicar su espíritu por encima de triquiñuelas. Es urgentísimo y de justicia un reparto de la riqueza, que no se consigue con subvenciones, sino con reformas fiscales claras y con medidas de desarrollo de las zonas pobres. No vale ya el manido recurso de la caridad, sino la práctica efectiva de la justicia social y de las medidas correctoras de las diferencias económicas tan abismales con políticas eficaces. Es el mejor camino para la paz y la convivencia entre los hombres.

EL MUNDO ACTUAL

Hoy la humanidad comienza a estar harta de ideologías antagónicas y foco de conflictos.No hay más que ver cómo afecta a la amistad las discrepancias de entender la vida. Las guerras son sólo, y por desgracia, discrepancias por asuntos económicos que como siempre también sufren las clases populares. Hoy, aunque la Socialdemocracia trate de combatir el Capitalismo extremo, lo cierto es que la lucha resulta muy ineficaz, por más que sea loable y necesaria.

La globalización que teóricamente es la apertura a un comercio mundial, ha sido una falacia más de las mentiras a que nos tienen acostumbrados los grandes capos de la economía. Ni China es comunista ni Rusia tampoco. Ambas son tapaderas de unos gobiernos que, conocedores del fiasco que supuso el aquella interpretación del Marxismo, utópico e irrealizable en la actualidad como se demostró en muchos países, intentan hoy una economía más real, lo que no quiere decir ni mejor ni más justa.

Por otra parte, la revolución que supuso la tecnología intuye nuevos cambios, ya en la producción, ya en las relaciones laborales y otros campos.También un mundo, muchísimo más interconectado y con los intercambios culturales cada día más cercanos y comprimidos, supongan un acicate para solucionar los problemas que venimos planteando.

LA REVOLUCIÓN DE LAS ESCUELAS

Es muy gratificante, y de agradecer a quien nos da esa confianza, para aquellos que nos encanta soñar, que podamos exponer ingenuas perogrulladas, aún a sabiendas que son utopías, y muy gratificante también que los jóvenes se manifiesten, no sólo por el cambio climático sino también como lo hicieron en su día el 15 M o el Día de la Mujer. Porque ellos se mueven para mejorar una sociedad que camina, y no quiero ser agorero, a derroteros muy descorazonadores.

Y es por ello que conviene que en la escuela, desprovista desgraciadamente de tiempo y personas para desarrollar el espíritu crítico y buscar en la filosofía las soluciones, haya alguien que sea capaz de hacerles ver que la verdadera revolución no es una lucha encarnizada con el oponente político, sino una concienciación social para cambiar, en nosotros mismos y en nuestro entorno, modos de vida absurdos como el consumismo, el reciclaje, las relaciones personales, el respeto por los demás, combatir la desidia, ilusionar con proyectos, desechar atractivos dañinos como las drogas, el alcohol o el juego…y un sinfín de nuevas metas que ellos mismos descubrirán. Y si es verdad lo de Calderón “que los sueños, sueños son”, a mí me está permitido soñar que la simiente crezca y eche raíces.
Timiraos, Ricardo
Timiraos, Ricardo


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES