Podría haber escrito la Piazza di Venecia o algunas otras plazas famosas donde las masas enloquecidas se manifiestan como en un pasado reciente en la Plaza de Oriente o en la Plaza de la Revolución en Cuba o en símiles taurinos las últimas apariciones de Jose Tomás en Las Ventas o las masas enfervorizadas de los estadios de fútbol.
Estas sensaciones que para mi evocan el pánico, el triunfo de la sin razón se encienden en mi al contemplar las imágenes del ocho de marzo en las calles españolas y las consecuencias políticas que pueden derivarse para los españoles.
La táctica del gobierno de trastornar a las mujeres con la imagen de Colon con las tres derechas atentando contra sus conquistas y amenazándolas con la vuelta a un pasado de represión y humillaciones ha triunfado y aunque parezca increíble ha catapultado la imagen del Divino Pedro como máximo macho alfa como protector de las hembras que se rinden a su hombre del destino.
Es la manipulación de las masas,la misma que exaltaba por la España una grande y libre o por la raza aria victoriosa o por el irracional odio a los judíos como fuente de todos los males.
La derecha no ha sabido plantear bien las elecciones del 28 de abril desde un plano emocional. El tema identitario de la unidad de España que ha sido decisivo en las elecciones andaluzas donde se impuso la necesidad de echar a los socialistas aquí en cambio el Divino ha conseguido que pase a segundo plano y se imponga el revanchismo de las feministas con su ansias de igualdad y de erradicar el horrendo machismo y si a
esto se añade los viernes sociales peronistas tenemos la tormenta perfecta.
Ayer las plazas españolas eran un canto de adhesión inquebrantable a su Caudillo, su Divino a su Salvador. Es la tormenta perfecta para hundir el régimen de la Transición y poner en peligro nuestras libertades e imponer un nuevo caudillismo anarquista en Plurilandia con el hundimiento de nuestra economía y empobrecimiento generalizado sin llegar a Venezuela porque formamos parte de la Unión Europea.
El hacernos creer que resucitar la catastrófica segunda República que terminó ahogada en sangre y nos condujo a una cruenta guerra civil y que baste con imponer las ideas de los años treinta del siglo pasado de violencia y dialéctica de las pistolas y de anarquía y quema de iglesias y fusilados en las tapias de los cementerios, para alumbrar otra humanidad puede estar escribiendo una nueva página de oprobio y de dictadura en nuestra historia que ha vivido los mejores cuarenta años después de la muerte del dictador.
En símiles boxisticos el primer asalto lo ha ganado el Divino Pedro y sus ideologos.
Joaquin Antuña - joquinant@hotmail.com
