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Cuestiones sobre el Mal y los males, IX

viernes, 15 de marzo de 2019
¿No debemos olvidar, que en la tradición clásica, el bien, o la buena voluntad, o una persona buena, existen grados, o dicho de otro modo, una persona puede ser más buena cada día, pero el mal, le sucede lo mismo, una persona mala puede ser más mala cada día? ¿Es decir, el bien y el mal es inagotable, una persona puede alcanzar mayores grados de bien y de bondad, o alcanzar mayores grados de mal y de maldad…? ¿De ahí, la enorme necesidad, que todo ser humano, tiene que aspirar al bien y no caer en el mal, de ir ascendiendo en la escalera del bien, y no irse metiendo cada vez más en el pozo del mal? ¿Y esto es muy peligroso, se sea una persona modesta, con poco poder social, o se tenga un enorme poder sociopolítico o económico o cultural…?

- ¿Por otro lado, el mal no existe en sí mismo, sino que el mal siempre es la deformación de una realidad o de un ente, por lo cual, todo ente es limitado, y aunque pueda sustentar mucho mal, no es ilimitado…? ¿Qué eso no quita que la capacidad de hacer el mal de una persona o un colectivo puede ser enorme, como lo hemos visto a lo largo de la Historia, incluso para el concepto de bien y de mal de su misma época o sociedad o cultura…?

Puede existir o ser un Bien Infinito, que es Dios, pero no puede existir un mal infinito, porque el mal es una deficiencia, una carencia, un error, pero dichas entidades valorativas se basan siempre en otro ente, y ningún ente es infinito, salvo Dios, y Dios es el Sumo Bien.

Dios al ser infinitamente infinito, es infinitamente perfecto, y por tanto, infinitamente bueno, por lo cual, no puede caer nunca en ninguna maldad y ningún mal. Algo así, salvando las enormes distancias, como un ser humano muy alto, no puede ser bajo, porque en su naturaleza individual es y está ser alto, puede quedarse sin piernas, pero no dejar de ser alto, aunque puede tener mucho dinero, y eso si puede perderlo, porque el dinero no forma parte de su naturaleza, sino de sus realidades sociales. Lo primero forma parte de su naturaleza individual, lo segundo, de su situación social y económica y política, etc.

- ¿Puede Dios hacer lo bueno en malo, o lo malo en bueno, puede Dios cambiar lo bueno a malo, y lo malo a bueno? Cuestión que se ha debatido durante siglos.

La solución que se ha dado a este problema, es que Dios puede crear infinitos o ilimitados mundos o universos, pero todos tienen que tener la impronta de estar bajo el concepto de verdad y de bondad-bien. Es decir, Dios no puede crear un mundo de mal y de maldad.

Si en el mundo que vivimos y existimos existe el mal, y la maldad, no es causa o causada por Dios, sino por deficiencias metafísicas u ontológicas, por leyes naturales, que pueden ser buenas en sí mismas, pero afectarnos a nosotros, en una época del tiempo de forma negativa, o por la libertad humana o racional o espiritual, que puede escoger entre el bien y el no-bien, entre el bien y el mal.

Dios no puede, ni quiere, cambiar el bien en mal, ni el mal en bien, porque eso sería ir en contra de la profunda realidad metafísica, de la misma realidad, ir en contra de si mismo, que es la plena realidad, Realidad, y por tanto la plena Bondad y Justicia y Belleza y Verdad.

- ¿Cuál es el mayor mal que pueda existir? Fortea indica que el odio, porque el odio puede ir contra uno mismo, contra otros seres humanos, contra la Naturaleza, contra el mismo Dios.

Podríamos pensar, que si Dios es, y es lo Absoluto, y Dios es Amor, lo contrario al amor es el odio. Y a mayor odio mayor mal.

- El problema del mal y de los males, es enormemente importante, porque Dios puede perdonar un mal que haya realizado un ser humano, otro ser humano puede perdonarse un mal que haya hecho a si mismo, o a otra persona, u otra persona perdonarte un mal que hayas hecho, pero existen males irreparables, algunos reparables en parte, pero otros irreparables, y esto no hay que olvidarlo.

Por lo cual, antes de realizar un acto, hay que intentar valorar el bien o el mal de ese acto, y si es reparable o no lo es. Es decir, los millones de personas que han muerto en campos de prisioneros, o de concentración o de exterminio en el siglo veinte, no se pueden reparar. Puede que Dios perdone a los ejecutores, puede que las personas que así mismas lo hayan hecho se perdonen, puede que personas que lo hayan sufrido también lo hagan, pero la falta de esas personas en sí, de uno o de millones de personas son irreparables, esas personas han dejado de existir.

Por lo cual, el bien o el mal que hagamos, sin caer en falsos escrúpulos hay que ser muy comedidos y mesurados y verdaderos. Puede una persona estar sufriendo un mal grave de otras personas, y las otras personas, no ser conscientes de ello. Pero el mal está haciendo su maldad… ¡Y no hay que olvidar que no es lo mismo, el que hace un mal, que el que se defiende de ese mal…!

El bien y el mal, moral o religioso-espiritual, no es un tema pequeño o baladí o sin importancia, porque el bien y el mal se combina con multitud de realidades, sociales o económicas o políticas o culturales, de actos y de no actos, de pensamientos y de deseos y de palabras, etc., de personas individuales o colectivas…

De ahí la enorme capacidad del ser humano, de su potencialidad-voluntad-libertad, y por tanto, de realizar bienes y males, y en algunos casos males irreparables. De ahí, la enorme prudencia, que todos los seres humanos tienen que hacer y tener, a y en todos los ámbitos de la realidad, personal e individual y colectiva y social, en todos los ámbitos de la vida y de la existencia…

http://filosliterarte.blogspot.com.es
Caminero, Jmm
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