En ciertas ocasiones cito a Jacinto Benavente, nuestro premio nobel de literatura, que decía contra las olas del mar pugnan pechos varoniles, contra las miasmas sutiles es imposible luchar. Viene esto a cuento con la manifestación del 8 de Marzo en
conmemoración del Día de la Mujer. Yo estoy convencido que en España sigue todavía vigente el rechazo frontal que comprendo y comparto contra las tres K famosas de Alemania: Kirche (iglesia), Küche (cocina), Kinder (niños). Muchas mujeres de todas las edades, piensan que votar a los partidos de derecha tiene un sabor a este dicho alemán. Y han luchado mucho por conseguir acercarse a la igualdad y tener igualdad de oportunidades con los varones, por lo que no quieren sentirse atrapadas en un sistema que consideran patriarcal.
Es como durante la época de Salazar en Portugal, las tres F: Fátima (religión), Fado (Folclore), Fútbol (Ronaldo). Con esa trilogía, muchos portugueses estaban atados al carro. Después de la revolución de los claveles, se combatió especialmente contra el pobre Fado, un poco el rechazo que sufrieron nuestras folclóricas después de la muerte del General Franco. Pero amigos, tanto el flamenco, como el Fado son Patrimonio de la Humanidad. Una amiga de los tiempos para mí heroicos, antes de fundar Paz y Cooperación, yo representaba a UNICEF en una coordinadora muy ilustre que había en aquella época en que estaba Cruz Roja Española y un total de diez organizaciones muy importantes. La delegada de Cruz Roja odiaba lo que hoy sería el tripartito y se negó a acudir una cita que teníamos en la Plaza Mayor en un acto que organizaba el Partido Popular, dijo que se trataba de gente indeseable y además que eran los que no, para no ofender a mi amiga Maripaz, diré que son los que no mantienen relaciones, con otra palabra malsonante. Esta señora hizo carrera, llegó a ser embajadora de Derechos Humanos, y tenía un novio visceral a esas Tres K, que he mencionado de Alemania.
Estoy convencido que para muchas especialmente las mujeres jóvenes, consideran a los de la manifestación de Colón como una madrastra que no les va a permitir volver a casa a la hora que quieran, vestirse como quieran, tener amistades con quién lo deseen, es decir, coartar sus libertades personales. Con ello, ven en las izquierdas una gran liberación, apelándonos a Nietzsche, consideran que son partidos dionisiacos.
Más adelante, cuando se convierten en madres empiezan a pensar que la economía doméstica es muy importante, y que hace falta que haya empleo y que funcione, y que los pucheros los cocine el hombre o la mujer, debe llenarse todos los días.
En estas elecciones, se enfrenta los que quieren el voto de la mujer, y los que se esfuerzan en obtener el voto del hombre. Es un enfrentamiento totalmente maniqueo, pero indudablemente funciona y entra dentro de esas miasmas sutiles de las que hablaba Don Jacinto Benavente. Habría que destruir los estereotipos tanto de unos como de otros y planear un futuro de igualdad de derechos y de aceptación social de los grandes avances legislativos para que en cualquier tipo de elecciones se pueda elegir entre programas y no, de una forma visceral.
Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
