No me refiero a la Revolución Verde de Norman Borlaug que le valió el Premio Nobel de la Paz. No se trata de semillas híbridas de arroz que multiplican las cosechas y fueron un arma poderosa contra el hambre.
Ahora estamos en puertas de iniciar una nueva Revolución Verde. Nuestro colaborador de lujo Jeffrey Sachs es el heraldo de una nueva era. Sonia su esposa me envía un artículo estupendo sobre como descarbonizar, Teresa Rivera vibrará de regusto al oír esta palabra que entristece y atemoriza en mi Asturias, pero que para Sachs es una medida fundamental y yo respeto sus opiniones, aunque para mi sea más importante defender primero los puestos de trabajo amenazados por el credo verde del ecologismo radical.
Es una ruleta rusa y no sabemos donde esta la bala y a quien atravesará el cerebro si a los escépticos o
cautos como yo o a los creyentes como Sachs.
Con la segunda medida estoy plenamente acuerdo y es difícil encontrar a algún europeo de todas las ideologías que no defienda una cobertura de salud gratuita para todos.
La tercera la aspiración al pleno empleo es inobjetable si son empleos de calidad y bien remunerados.
Las lineas anteriores son solo un aperitivo con o sin Martini. No quiero que mis estimados lectores se pierdan ni una sola línea del artículo de Jeffrey y como estoy muy ocupado con mi nuevo libro he pedido a mis estupendas ayudantes Ester García una futura maestra, una garrida abulense hija de editora y a Cintia Sanz una estudiante de Relaciones Internacionales una castellonense huertana muy lista y trabajadora que traduzcan a la limón el texto de Sachs. Comprendo a Mitterand que gustaba de rodearse de mujeres jóvenes brillantes e incluso al Divino con sus majorettes. Viva este siglo XXI de la mujer.
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Hay tres ideas principales de la Resolución del New Deal Verde o en inglés Green New Deal que presentaron la congresista Alexandria Ocasio-Cortez y el senador EdMarkey.
La primera es descarbonizar el sistema energético de EE.UU. es decir, poner fin a las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de la combustión de carbón, el petróleo y el gas natural, para detener el calentamiento global.
La segunda es garantizar una cobertura de salud para todos de alta calidad y a bajo coste. La tercera es asegurar empleos decentes y niveles de vida dignos para todos los estadounidenses, haciendo que las universidades y las escuelas profesionales sean asequibles para todos.
La agenda de este New Deal verde es factible y abordable. Esto quedará claro a medida que la agenda se convierta en legislación para la energía, el cuidado de la salud, la educación superior y más.
El Green New Deal combina ideas en varias partes de la economía porque el objetivo final es el desarrollo
sostenible. Eso significa una economía que presenta un paquete: buenos ingresos, equidad social y sostenibilidad ambiental. En todo el mundo, los gobiernos apuntan hacia el mismo fin: una "triple línea conjunta" de objetivos económicos, sociales y ambientales.
En los Estados Unidos, la economía alimenta la riqueza de los multimillonarios mientras deja a decenas de millones de hogares sin ningún tipo de protección financiera. Mientras tanto, el lobby de los combustibles fósiles continúa poniendo en peligro el planeta al promover el uso de combustibles que contribuyen al cambio climático, aumentando el riesgo de mega-inundaciones, sequías, huracanes y olas de calor, cobrándose muchas vidas y costándole a los Estados Unidos más de 450 mil millones de dólares durante 2016-18, o más de 150 mil millones de dólares de media por año.Las ideas clave de Green NewDeal -la descarbonización, la atención médica de bajo costo y los niveles de vida dignos para la clase trabajadora- se han estudiado durante años. La resolución Green New Deal es la oportunidad, finalmente, de poner en práctica los efectos de ese vasto conocimiento.
Lo que está absolutamente claro es que el Green New Deal es abordable. Las afirmaciones sobre la imposibilidad de alcanzar estos objetivos son pura exageración. Los planes detallados que surgirán en los próximos meses expondrán la explosión.
Energía descarbonizante
Considerar el desafío de descarbonizar el sistema energético. Como se señaló en la Resolución Green New Deal, el reciente informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático exige una descarbonización global para 2050, un objetivo alcanzable que requiere acciones coherentes y aceleradas por parte de los EE. UU. Y otras naciones.
El Green New Deal es la ocasión de plantear a las empresas de servicios públicos, constructores y fabricantes de automóviles de los Estados Unidos un desafío de acelerar sus revisiones tecnológicas para completar la descarbonización para 2050 o antes.
La resolución exige un esfuerzo de movilización de 10 años para lograr "cero emisiones de gas del efecto invernadero", pero no un calendario preciso para completar la descarbonización. El tiempo dependerá del ritmo de las nuevas inversiones de cero-carbono y la eliminación de las tecnologías existentes basadas en combustibles fósiles. La descarbonización incluirá las siguientes medidas. La generación de electricidad cambiará de carbón y gas natural a energía eólica, solar, hidroeléctrica y otras tecnologías decero carbono.
Los automóviles y camiones cambiarán de gasolina a electricidad, usando baterías o celdas de combustible (con hidrógeno fabricado por electrólisis). Los aviones utilizarán la electricidad para vuelos cortos y los combustibles avanzados de carbono cero para vuelos más largos. Los edificios se calentarán con electricidad (como bombas de calor) en lugar de calderas y hornos.
Los costes de la energía renovable están cayendo en picado, lo que hace que la descarbonización sea muy viable. Las estimaciones detalladas ubican los costes de la descarbonización sustancial (80% o más para 2050) alrededor del 1% del PIB por año o menos. En muchos casos, la energía renovable ya está en r lo que significa que tiene un costo comparable al de los combustibles fósiles. La mayoría de los modestos costes de la descarbonización nunca afectarán el presupuesto federal, ya que serán absorbidos por la industria de servicios públicos, los productores de automóviles y otras partes de la economía privada.
La descarbonización ya está en marcha en los Estados Unidos, pero aún no con el ritmo y la escala necesarios. Las empresas de servicios públicos de Estados Unidos ya no están construyendo centrales eléctricas de carbón; muchos están ahora desechando planes para plantas de gas en favor de la energía renovable.
Los inversores y los abogados están aconsejando a las empresas que no inviertan en combustibles fósiles, ya que estas inversiones se quedarían varadas en los próximos años. Las compañías de automóviles están cambiando rápidamente a los vehículos eléctricos. Los nuevos edificios se están volviendo eléctricos, con códigos de eficiencia exigentes. Estas transformaciones se impulsan principalmente por regulaciones ambientales, la planificación integrada de recursos por parte de los servicios públicos y las fuerzas del mercado, no por los desembolsos federales.
Por lo tanto, la pregunta no es si podemos pagar la sanidad pública para todos (Medicare), si no si llegaremos a conseguirlo antes de la que la industria del servicio médico privado acabe arruinándonos. Como un enfoque, las primas del seguro privado que ahora se transfieren a las aseguradoras de salud privadas, estas podrían redirigirse a una cuenta de sanidad pública que rembolsaría a los proveedores de salud a las tasas de salud pública, con salarios administrativos y costes administrativos mucho más bajos.
Los ahorros de los costes a nivel nacional de la salud pública para todos, serían cientos de miles de millones de dólares por aña, que podrían remitirse a los contribuyentes o utilizarse para reducir el déficit del presupuesto estatal.
La universidad pública para todos
Los análisis de unos presupuestos similares, demuestran también la viabilidad de otras partes del Green New Deal. ¿Se puede lograr una educación superior libre de deudas para todos? El resto de países ricos lo han logrado. Una propuesta de College for All (Universidad para todos), presentada por el senador Bernie Sanders, costaría alrededor de una cuarta parte del 1% del PIV, un precio que es muy pequeño en comparación con las cargas de una sociedad llena de deudas estudiantiles que crean ansiedades de por vida hasta los años de jubilación.
Las propuestas del Green New Deal son totalmente correctas en cuanto al fondo. La descarbonización, la sanidad pública para todo, la educación superior libre de deudas y otros beneficios sociales que son factibles, asequibles e inteligentes. Estos ofrecerán grandes ahorros en el caso de la atención médica, beneficios medioambientales en el caso de la descarbonización y movilidad social factible y renovada en el caso de una educación superior libre de deudas.
Como último paso, las ideas de Green New Deal deben convertirse en planes y presupuestos de legislación. Cuando se debatió el Sistema Federal de Carreteras Interestatales en 1955, cada miembro del Congreso recibió un folleto con mapas detallados que mostraban cómo su distrito se beneficiaría de un sistema de carreteras interestatales. Ahora es importante proporcionar una hoja de ruta del Green New Deal, mostrando a cada parte del país cómo se puede lograr el paquete Green New Deal con un bajo coste y con enormes beneficios económicos, sociales y ambientales.
Mi amigo Jeffrey Sachs es muy optimista, se reviste con el manto de un profeta que vislumbra un futuro de energías alternativas, descarbonizado y socializado en sanidad y en educación. Coincido con estas dos ultimas, pero encuentro que la primera si abordada urgentemente y a lo loco puede suponer un suicidio para la economía europea y un festín para los asiáticos y algún pedazo del sabroso pastel fruto de la ingenuidad europea para los Estados Unidos.
Defendamos nuestras industrias europeas hagámoslas competitivas y no bajemos los brazos, luchemos contra la contaminación agotando las medidas para proteger nuestras economías. Los puestos de trabajo hay que defenderlos con uñas y dientes, no aceptemos un futuro en rosa, mientras se fomenta el paro y con el desempleo se engrosan las filas de los populistas.
Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
