Es ganas de coger el rábano por las hojas del libro de Irene se destaca tan sólo lo del colchón, que tendrá que ver y además no se dan cuenta que está relacionado con el
título de mi libro. Es a la resistencia del colchón a la que me refiero.
Por eso fue mi primera decisión cambiar el colchón y pintar la habitación. No sacar a las tropas de Irak como hizo Zapatero. Yo soy pacifista. Si tienes un colchón resistente la vida comienza todos los días de forma optimista.
Arremeten también por el error de la Lozano de confundir a fray Luis de León con San Juan de la Cruz. A mi no se me hubiera pasado. Tengo que advertirle que cite bien a los clásicos.
Por lo demás la campaña empezó muy bien me he construido una nueva identidad, de ecuánime, centrado, moderado, aunque dice Iván que tengo que hablar suave y sin descomponer el rostro como hacía el profesor Tierno. No resulto creíble proferiendo amenazas y espumarajos por la boca. Claro que en mi partido están todos tan pendientes de las listas que nadie me rechista y me dan una coba que cuando estoy a solas me carcajeo de lo lindo.
Del horrendo Franco, al que estoy resucitando todos los dias, he copiado la cantinela de que atacan al PSOE los que me atacan a mi. El que le queda poco en el Valle de los Caídos decía que se cebaban contra España los que le insultaban a él. El País ha caído en la trampa a sabiendas claro. Todo lo que hagan por mi es poco.
Los barones por la cuenta que les tiene tienen que comulgar con ruedas de molino y
repetir la cantinela de la España que quieres, ocultando que me refiero a una Plurilandia cuanto más caótica posible para abrir paso a la segunda Revolución Gloriosa y a la institución de la tercera república española conmigo de Presidente. A Felipe no le nombraré jardinero como al último emperador chino sino inspector de la ACB y a Letizia directora de azafatas de congresos. Soy generoso.
Voy a ser incansable. Recorrer toda la piel de toro y no salirme ni un ápice del guión de Redondo. Leña al mono y guiños a mis queridos indepes sin los cuales no hubiera podido instalarme en La Moncloa. Sin ellos no soy nada de Amaral.
Tengo que descubrir que hay de cierto en el romance de San Valentín entre Albert y Malú. No me conviene. Las jovencitas pueden darme la espalda. Con lo de te regalo mi amor, te regalo mi vida, a pesar del dolor eres tu quien me inspira. Se derriten. A ver como reacciona Ivan y se inventa algo, pero no con mi Sancho Abalos que las asusta, tal vez con el astronauta arreglándole las orejas.
Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
