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El descalabro del Divino

sábado, 16 de febrero de 2019
El descalabro del Divino No ha podido ser. Los indepes has sido inflexibles. Torra se ha vengado y ha afirmado que yo en Barcelona prometí estudiar los 21 puntos, que enfurecen a los trillizos.

Mi lema es como la canción "Resistiré" y el libro que me ha escrito mi Irene Lozano lo dice a las claras. También me defenestraron de Ferraz y luego volví por la puerta grande. Ahora haré lo mismo. Dios y Marx saben que he hecho todo lo posible hasta el último minuto con mi Valido haciendo gestiones desesperadas para hacer cambiar la opinión de los catalanes y se han negado.

Voy a disfrutar a tope de mi Moncloa del alma y de mi helicóptero y mi amado Falcón y trataré de contentar a Begoña y a mis hijas que están desconsoladas.

Pensaba ofrecerles un referéndum trampa y una mediación internacional pero se han emperrado en provocar mi descalabro.‎ Han preferido llegar al choque te trenes.

Y si yo ganara las elecciones y si mi mago Merlín tuviera razón y las encuestas que me fabrican los del CIS fueran realmente tan favorables, aunque parezcan increíbles. Que temblores tengo. El pensamiento de verme de nuevo en Pozuelo les deux eglises abandonado y enfundándome la camiseta de resistente y recorriéndome España en mi viejo coche me produce una gran angustia.

Sueños, delirios, ‎quebrantos es mi vida, después de unos meses de delicia y de placer, El descalabro del Divinome he sentido como un Rey, como un canónigo de los tiempos de Clarín y de la Regenta. Ahora me asomo al precipicio. Siento vértigos.

He dado un gran ejemplo de firmeza me he mantenido serio sin fruncir el ceño en mi escaño del Congreso. Por dentro me sentía morir. Se me acababa el chollo como dicen mis detractores.

Resurgiré, no me achantan, soy el centro frente a los extremistas y tengo una gran agenda social, aunque los estúpidos expertos denigraran mis presupuestos etiquetándolos de desastrosos. A mi Mary Poppins le gustaban muchísimo. Se quedaba con los ojos en blanco cuando hablaba de ellos, tengo que recomendarle que lleve siempre el paraguas a mi querida Calviño.

Cierro los ojos veo el precipicio. Los abro y veo la vida en rosa. Sigo siendo Presidente y antes de marcharme tengo que organizar algunos de esos viajes que me dan tanto gustirrinín.

Resistiré.

Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
Antuña, Joaquín
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Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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