Mientras los políticos se fajan en las plazas y en los despachos por la supervivencia de sus privilegios los medios de comunicación están repletos de horrendos crímenes pasionales y de desprecio incluso de los cuerpos de las víctimas.
Es increíble que en la austera Castilla haya podido comerciarse con los ataúdes y las coronas mortuarias con desprecio de los muertos. Un negocio macabro en toda regla.
Conservar al familiar muerto para seguir cobrando la pensión y ajustar cuentas con un ingrato destino demuestra como en Plurilandia se ha perdido el respeto al sagrado más elemental.
La vesania de conservar a la joven amante descuartizada en el congelador es digno de los peores relatos de terror.
Una galería de monstruosidad se asoma a los medios de comunicación con bebés en los contenedores de basuras.
El morbo esta servido en esta Corte de los Milagros donde la ética se disfraza de crónica macabra.
No es de extrañar que también en política campeen los energúmenos sin piedad dispuestos a chupar la sangre de los ciudadanos y se enseñoree el esperpento. Los vampiros están de moda en todas las esferas de nuestra vida social.
Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
