En Madrid no ha habido incidentes en la manifestación de Colón lo que lamento, me hubiera gustado tildarlos de energúmenos, pero no ha sido así, parecían monjitas de la caridad comparados con mis socios catalanes.
Me piden elecciones y yo no quiero irme de La Moncloa, no me creo las predicciones de mi mago Merlín, ojalá acertara, pero desconfío de ese pelota, que es mi Goebels personal, mi propagandista, que hizo el ridículo en Andalucía y de bulto.
Es verdad que si sigo apoyando a los independentistas las elecciones del 26 de mayo puede ser catastróficas y el día después podría ser muy duro, aunque yo seguiría dándome el festejo diario de despertarme Presidente y esperar que mis rivales cometan errores y manejar las delegaciones de gobierno y el Ministerio del Interior.
Es un dilema podría y quizás lo haga hacer concesiones al Iluminado de Blanes y a Carlitos el Tramposo, prometerles el indulto a los presos y una consulta ambigua, que para mi no sería vinculante, pero que si lo fuera para los separatistas. Entonces retirarán las enmiendas a la totalidad de los presupuestos y a vivir feliz y contento hasta bien entrado el 2020.
Sin embargo aunque haría felices a mis paniaguados quebraría la confianza en mi partido y podríamos sufrir una sonora derrota. Bueno a mi plin yo seguiría y en último caso haría como el general De Gaulle y me retiraría a Pozuelo les deux Eglises hasta que mi pueblo me reclame y vuelva triunfador.
Para complicar las cosas mi Begoña me amenaza con la huelga de Lisístrata y dejarme a dos velas en mis largas noches repletas de quebrantos y delirios. Me veo de ayunas y durmiendo en el sofá. Las mujeres son muy ambiciosas, no como yo que lo hago por mis designios y por establecer el Divinato. Idealista que es uno, aunque no se lo crean los tres trillizos.
Es difícil decidirme, pero probablemente sea la última vez de demostrarme patriota y quitar argumentos a mis detractores y además tengo una agenda social que me ha elaborado Iván y Mary Poppins, que recuerda cada vez a su padre en su apología constante, que me permite atraer votos de todas las izquierdas y clamar contra la desigualdad,por el feminismo y la ecología a todo trapo.
Sigo sin creérmelo y tengo que hacer lo imposible para seguir al frente. Treinta, cuarenta, cincuenta monedas lo que sea pagaré el precio que me pidan y después trataré de alejarme de todas las higueras. No me va terminar como Judas. Confío en mi buena suerte y en mis dotes de equlibrista. Soy el Divino Pedro.
Se mira largamene al espejo y sonríe satisfecho, por lo menos los de Colón no pueden negarme que tienen un presi guapo, aunque me tachen de cara dura, allá ellos, ya volví del infierno de Ferraz y como el Conde de Montecristo los he puesto a todos en su sitio. Aquí estoy.
Joaquín Antuña-joaquinant@hotmail.com
