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Carta a un amigo emigrado en Cataluña

martes, 12 de febrero de 2019
Mi querido Amigo:

Acabo de recibir tu whasap en que me comentas que estás bajo de ánimo y sé que, básicamente, no son problemas de salud ni de familia, sino de la deriva que va tomando la situación política ahí. Única y exclusivamente. Y lo sé porque tengo la información suficiente, facilitada por ti,del amor que sientes por esa Tierra, que no es poco, ni tampoco de la admiración y el buen trato recibido desde el primer momento.

A Cataluña has dedicado tus mejores años de maestro y allí has formado una familia con otra charnega-dicho sea con todo el cariño para tu magnífica mujer- que también, como tú, se vio obligada a la emigración fruto de las escasas oportunidades de su tierra. Somos muchos los que hemos sufrido esas circunstancias-las mías como sabes en Madrid- y lo lógico en cualquier ser humano es encariñarse, cada vez más, con la tierra donde se vive y que se convierte, quizás en la propia, por razones tan fáciles de entender como que allí encontraste el sustento y donde crecieron tus hijos. Eso no resta un ápice al amor a tu terruño gallego, donde quizá también te hubiese gustado vivir. ¡Y bien que lo disfrutas cuando regresas! Los pobres de espíritu son los que creen que en un corazón no caben más que una tierra y que al marchar renuncias a la tuya. ¡ Qué estupidez tan propia de mentes intransigentes! Y lo que te voy a decir tiene que ver mucho con la intransigencia.

Sabes de siempre que yo admiro mucho a Cataluña y que guardo muy buen recuerdo de mi estancia por esas tierras. Yo no soy de los que me ofendo porque en Monserrat me hablasen en catalán hasta que vieron que no los entendía; ni que me quieran convencer de que sus cosas siempre son las mejores. Porque te digo una cosa: la butifarra deja mucho que desear y la sardana no parece ni un baile ni nada. Los calços, en cambio, de p. m, como queda demostrado cada vez que los llevas a Galicia. No, no trato de molestar, sino de ponersu justo precio a las cosas sólo con ejemplos. En cuanto al grado de desarrollo de Cataluña con relación al resto de España, no hay nada más que haceros una visita y comprobar la privilegiada situación y el carácter emprendedor y dinámico de sus gentes y de ahí el grado de desarrollo económico que conlleva una larga tradición industrial, una extensa y moderna red infraestructuras, una modernización del tejido productivo en el campo y un alto grado de desarrollo cultural fruto del bienestar económico. Todo ello emanado de la buena y provechosa relación que la burguesía catalana venía manteniendo con los gobiernos de la nación. Desde hace siglos.

El problema actual, a mi entender, es que las cosas cambiaron entre los distintos gobiernos de la nación y los representantes políticos catalanes por varias razones:

En el Franquismo, ¡qué Dios nos deje olvidar!, cualquier veleidad independentista estaba fuera de lugar. Ni siquiera los independentistas de Terra LLure gozaban de apoyo popular. Lo mismo que le ocurría a la Eta en el País Vasco. Eran temidos porque mataban, pero sus postulados políticos eran realmente poco considerados.

Con la democracia se establecieron las autonomías con el fin de dar visibilidad a la problemática territorial y buscando un mayor acercamiento de la Administración a los problemas de los ciudadanos. Para ello, se montó otra administración autonómica que en buena medida generaba duplicidad de funciones y más gasto. Cierto que en algunas áreas fue beneficiosa; pero, sin embargo, en Sanidad y Educación quizás no acertaron. En Sanidad no me gusta, porque dificulta la movilidad de los enfermos entre comunidades; y en Educación porque si la Lengua o la Historia se deja en manos de extremistas, hay el peligro de que nos cuenten muchas mentiras o se odie el idioma, cuando se impone sin respeto de las opiniones ajenas. De sobra sabes que yo en ese terreno defiendo el gallego a capa, pero no a espada. Lo defiendo con mi amor por él, igual al que le tienes tú, pero lo defiendo desde el amor, no desde el fanatismo. La vida requiere lo que vosotros, los catalanes, llamáis mucho seni y nosotros sentidiño.

Ciñéndome a la visión actual del problema de la independencia que buscan algunos políticos catalanes, me gustaría decirles, a ellos y también a quien quiera oírme, que con la democracia se votó una Constitución, que está vigente, y en ella participaron los políticos catalanes de entonces. En la misma, se establece que España es una nación en las que hay nacionalidades como Cataluña, País Vasco y Galicia y se dotan posteriormente de estatutos. Precisamente para respetar la peculiaridades de cada una de ellas.

Pero ningún estatuto permite una consulta popular sobre La independencia de ninguna de estas nacionalidades. Ergo la consulta del 1 de Octubre, realizada con premeditación y alevosía, es una ilegalidad manifiesta. Ergo, los impulsores cometen un delito y no son presos políticos, sino políticos presos por contravenir el orden constitucional.

Por otro lado, todas las conversaciones mantenidas y reiteradas entre los políticos catalanes y los distintos gobiernos nacionales, podían ser bienintencionadas, aunque personalmente nunca creí que llegarían a acuerdos. Por una razón muy sencilla: el diálogo necesita voluntad de alcanzarlos y eso no se dio nunca. No se pude dar cuando se plantea unilateralmente una independencia que ni el propio gobierno puede conceder sin reformar la Constitución.

Siempre he admirado la capacidad de la burguesía catalana para lograr que los distintos gobiernos de la nación invirtieran en Cataluña y lo achacaba a su capacidad de desarrollar el País; sin embargo, a la vez veía que ese esfuerzo económico lo realizaba todo el estado español, y por ello me resulta incomprensible que cada día las diferencias regionales creciesen con realidades tan tangibles como un tren de Extremadura o las corredoiras que conoces bien. El resto de los españoles estamos muy cansados, mejor diría hartos, que siempre las inversiones fuertes sean en Cataluña y, si bien es verdad que ahora quieren que haya una inversión proporcionada a su contribución, ¿Cuándo va a contribuir al desarrollo de las demás regiones como éstas hicieron en su día con Cataluña?

¿Entiendes ahora que los catalanes no sean muy apreciados en el resto de España? Hay cosas que se ganan a pulso y en el aspecto económico, no es vuestro caso, gozan de mala fama.

La realidad actual es que habéis permitido que algunos iluminados populistas gobiernen vuestras instituciones, después de los escandalosos “chorizos” de los que también os tocó soportar, llámense Pujol o Susuncorda, y habéis caído en manos, repito de personajillos de tan poca categoría política como Puigdemont, Torra o el mismos Rufián, Ana Gabriel o la misma Colau que puede ser una buena activista, pero una deficiente, es mi opinión, alcaldesa.

Por otra parte, ante tanto despropósito, conviene no minusvalorar la otra mitad de la sociedad que no se siente independentista y que forma también parte de esa realidad catalana, que quizás esté callada porque los talibanes de las ideas abundan e imponen sus tesis por falta de oposición racional. Eso también ocurre en nuestra querida Galicia. Algún día no les quedará más remedio que combatir con argumentos las falacias y los extremismos de esta gente.

Personalmente, ya sabéis que deseo para vosotros y toda Cataluña lo mejor y reine la concordia y desaparezcan esos nubarrones de confrontación que nunca llegaron a buen puerto en similares condiciones y conviene tener presente que el futuro, si es tan incierto, sea tan maravilloso. Ya sabéis que siendo España muchos estaríamos más felices.
Timiraos, Ricardo
Timiraos, Ricardo


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