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Solución polaca para Venezuela

martes, 05 de febrero de 2019
Nuestro corresponsal en Estados Unidos el catedrático de la Universidad de Columbia prefiere una solución diferente para resolver el enfrentamiento entre Maduro y Guaidó‎.

Sachs es un convencido demócrata y enemigo jurado y sin cuartel del Presidente Donald Trump. En su contribución a la CNN nos brinda una visión diferente.

La presento a mis queridos lectores ‎sin compartirla pues mi inclinación es por Guaidó y su plan para Venezuela, aunque reconozco que es una postura emocional de apostar por la libertad contra la tiranía.

Sachs es un brillante teórico que nos propone una salida a la polaca. No se trata de la música sublime de Chopin, sino del camino de Polonia hacia la democracia. Una transición que funcionó muy bien.

Se podría añadir ‎el ejemplo sudafricano, argumento yo, del gobierno Lecrerck Mandela.

Paso a describir la propuesta del profesor Sachs.

Los eventos en Venezuela pueden conducir hacia un conflicto catastrófico. La sociedad venezolana está profundamente dividida entre el Presidente Nicolás Maduro y sus partidarios, apoyados por el ejército militar, frente a una oposición dirigida por el "autoproclamado" Presidente, Juan Guaidó, líder de la Asamblea Nacional.

Según un informe publicado en "The Wall Street Journal", que ha mencionado un alto funcionario de la administración, los EE.UU. prometieron apoyar a Guaidó como parte de un plan secreto desarrollado durante varias semanas. Los EE.UU., junto con Canadá y muchos gobiernos de América Latina, reconocieron rápidamente a Guaido como presidente, mientras que China y Rusia apoyan a Maduro. Una chispa podría desencadenar una guerra civil.

Ninguna de las partes parece dispuesta a desistir sin combatir y en estas circunstancias unas nuevas elecciones serían muy peligrosas. Si Venezuela tuviera un sistema parlamentario, las nuevas elecciones podrían producir una amplia coalición entre varios partidos pequeños. Por desgracia, a causa del sistema presidencial venezolano, ahora una elección, organizada de cualquier manera, podría amplificar la dura polarización entre Maduro y la oposición -y la amenaza de la guerra civil.

El reconocimiento de Guaidó por los EE.UU. es una provocación asevera Sachs. El problema es que EE.UU. tienen el récord de intimidar a América Latina y organizar intervenciones violentas en las regiones. Estas intervenciones, tanto directas como indirectas, se han traducido en docenas de cambios de régimen durante más de un siglo. Venezuela ‎podría ser un nuevo capitulo.

El nombramiento del neoconservador Elliott Abrams el viernes pasado como nuevo enviado especial del presidente Trump en Venezuela, solo dos días después de que Guaidó se declarara a sí mismo como el nuevo líder, podría empeorar la situación.

Jeffrey afirma que Abrams contribuyó a armar a los contras en Nicaragua. Es un experto en armar fuerzas rebeldes y tuvo que ser indultado por el Presidente por retener información al Congreso‎ y ahora trata de organizar el cambio de régimen.

Sachs que impugna la elección de Guaidó como legal y habla de autoproclamación prosigue afirmando que en lugar de un cambio de régimen dirigido por los EE.UU., las dos partes deberían compartir el poder temporalmente, hasta nuevas elecciones, quizás en 2021. Parece impensable, pero la historia muestra que se puede hacer.

La exitosa transición de Polonia a la democracia en 1989 representa un ejemplo pertinente. A principios de 1989, Polonia estaba al borde de una catástrofe, con la ley marcial, con un gobierno comunista desmedidamente impopular, una economía colapsada y una incipiente hiperinflación.

En el caso polaco, la rápida transformación empezó con las políticas de la Perestroika y Glasnost de Mikhail Gorbachev, o la reestructuración y la transparencia.

El régimen comunista y la oposición del Sindicato Solidaridad negociaron un acuerdo en 1989 durante una mesa redonda, que llevó a una elección parcialmente libre por el parlamento polaco más tarde ese año, lo que colocó al país en un pacto de profunda reforma económica.

Mientras que Solidaridad ganó una importante victoria con una mayoría en la cámara alta del Parlamento, los comunistas conservaron el control de la cámara baja.

El movimiento solidaridad encontró de manera brillante una forma de romper pacíficamente este punto muerto y propuso la solución conocida como "Vuestro Solución polaca para VenezuelaPresidente, Nuestro Primer Ministro".

Los comunistas retendrían la presidencia y el "poder de los ministros" del interior y de defensa, mientras que uno de los líderes de Solidaridad se convirtió en el Primer Ministro con poder de nombrar su gabinete.

Este compromiso se puso en práctica y fue apoyado rápidamente por Gorbachev, los EE.UU., Europa y el Papa Juan Pablo II.

Los Comunistas nunca se entrometieron en los asuntos de gestión económica. Sin duda, el nuevo gobierno polaco lanzó la reforma más ambiciosa en la historia moderna, planeado para devolver a Polonia a la economía europea.

Las reformas funcionaron. El colapso de la economía polaca se revirtió y se implantó un crecimiento económico lo que facilito la adhesión a la Unión Europea.

Se evitó completamente la violencia. En 1990, Wojciech Jaruzelski, el último líder comunista de Polonia, dejó el cargo y nombró a Lech Walesa como presidente. Por supuesto por aquel entonces, el escenario internacional había cambiado radicalmente, con la caída del Muro de Berlín y la disolución de la Unión Soviética en diciembre de Solución polaca para Venezuela1991.

Por supuesto no hay una analogía entre Polonia en 1989 y Venezuela hoy, pero la comparación es valida.Tanto Venezuela, como Polonia, necesitan un compromiso que evite una confrontación violenta entre el gobierno y la oposición, un golpe militar, una guerra civil o, peor, una guerra por poderes entre los contingentes apoyado por los EE.UU. y los apoyados por Rusia. Un escenario tan sombrío puede parecer fantasioso, sin embargo, Siria ha sido destrozada por una guerra de conflicto de poderes en los últimos ocho años.

Así como Polonia, Venezuela ha sufrido un colapso económico. Esto es el triste y previsible resultado de las políticas fallidas de Venezuela bajo Maduro, también impulsado por las sanciones económicas estadounidenses que empujaron aún más la producción de petróleo y contribuyeron a empujar el país hacia un colapso vertiginoso.

Maduro ganó las re-elecciones en 2018 con el boicot de las elecciones por la mayoría de la oposición. Esta opinión de Sachs no es compartida por los aliados de Guaidó que califican estas elecciones de total fraude.

La gran inflación hoy en día ha alcanzado una tasa de 1 millón por ciento por año, con signos de aceleración y gran endeudamiento exterior con China y Rusia.

En resumen, todas las partes tienen una urgente razón para alcanzar un compromiso. El ejercito venezolano pretende proteger los privilegios recabados con Chavez- Maduro, pero no comparten la catástrofe económica y desearían evitar el derramamiento de sangre de una guerra fratricida.

También la crisis humanitaria en Venezuela es muy seria, con hambre, escasas medicinas y masivos desplazamientos de los refugiados fuera del país. Esta dura realidad podría llevar a una solución de compromiso al estilo polaco.

Este compromiso implicaría mantener a Maduro como Presidente, al ejercito como titular del Ministerio de Defensa y de Interior,a la oposición como titular de los otros Ministerios y de la Banca Central venezolana. Guaidó, o otros lideres de la oposición, se convertirían en el Primer Ministro, gobernando el país y guiando la política económica venezolana. Las elecciones se desarrollarían entre los años 2021 y 2022 si Venezuela consiguiera organizar un sistema semi-parlamentario para aquellas fechas.

Las mayores potencias externas, en particular los EE.UU., China y Rusia y los países vecinos, se pondrían de acuerdo para pilotar el final de las sanciones económicas, regularizar las relaciones económicas con las instituciones internacionales y formular un programa de estabilización de emergencia. Todos los deudores internacionales estarían preparados a dar pasos urgentes, para reestructurar la deuda y así poder parar la catastrófica gran inflación.

Nuestro gran arquitecto un moderno Don Quijote que lucha contra los molinos de viento reconoce muy a su pesar que‎ no vamos por este camino.

Los EE.UU. parecen querer un cambio de régimen e imponer sanciones económicas para poner de rodillas a Maduro provocando un enfrentamiento que dejaría un pesado legado y posiblemente un baño de sangre.

Su diagnóstico final es categórico. Es la hora del compromiso.

Jeffrey Sachs es un gran constructor de utopías y nos enseña que la creatividad es fundamental en política y que el arte de pensar puede evitar grandes catástrofes. En palabras de Unamuno hace falta convencer y no vencer.

Joaquín Antuña-joaquinant@hotmail.com
Antuña, Joaquín
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