En un artículo anterior alababa la espléndida solidaridad demostrada por el pueblo malagueño y hoy deseo comentar la parte técnica. Lo hago como profano, que ha
seguido este angustioso rescate.
Creo que se ha producido el efecto Torre de Babel y los técnicos con la mejor voluntad del mundo han tropezado en muchos imprevistos.
Estoy convencido, aunque lo diga sin elementos de juicio, que el pocero que hizo un pozo ilegal muy profundo con una maquinaria elemental hubiera podido hacer más, que todo ese conjunto de expertos y de grandes medios, que han dado con todo su saber y experiencia palos de ciego.
Añado además que ha faltado la humildad de solicitar ayuda internacional, como si hicieron las autoridades tailandesas con el endiablado rescate del equipo de futbol.
La falta de liderazgo, la ausencia del Ministro de Fomento en Madrid y Barcelona durante la calamitosa huelga de los taxistas, que desean defender y perpetuar su monopolio, también se ha puesto de relieve en Totalán, aunque estuviera presente la subdelegada del gobierno.
Aquí todo son alabanzas para policías, guardias civiles y bomberos, sin que el Ministerio del Interior, que en Madrid en vez de dispersar a los manifestantes les permitieron acercarse a FITUR, haya necesitado intervenir, sin dar una muestra más de la connivencia de este gobierno con las fuerzas políticas que desean el caos, como la alcaldesa de Madrid partidaria de apoyar a los violentos y los tramposos de la generalitat, que acostumbrados a la mentira sistemática se engañan a si mismos. En Totalán el policía y el bombero han sido los amigos del pueblo.
A medida que han pasado los días junto al sentimiento de solidaridad se extiende una sensación de frustración ante los obstáculos que impone la naturaleza y la falta de acierto de unos hombres con corazones muy grandes y a los que no se les puede negar la abnegación.
Cuando se publiquen estas líneas ya se sabrá cual ha sido la suerte del querido Julen, que nos ha conmovido a todos. Un pueblo humilde ha escrito una inolvidable página de fraternidad. Como creyente no me queda otra cosa que entonar calladamente una Salve rociera y como ciudadano comprometido con la libertad clamar por la falta de liderazgo de un gobierno perdido en su propio laberinto y sus profundas contradicciones. Una calamidad.
Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
