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La Guerra Fría y China

lunes, 28 de enero de 2019
En un artículo en el prestigioso Financial Times, la Biblia de los inversores en Bolsa, Jeffrey Sachs nuestro guru de asuntos globales nos indica que las tácticas hostiles de Estados Unidos contra China, una especie de guerra fría, fracasarán con el gigante asiático, pues China no es la Unión Soviética, ni es el Japón aliado de los Estados Unidos, es más tendrán un efecto boomerang y afectarán a la economía mundial y La Guerra Fría y Chinarepercutirán en los mismos Estados Unidos.

El propósito principal de las autoridades estadounidenses es mantener su primacía económica y militar. Aunque China siga siendo mucho más pobre que Estados Unidos (aproximadamente un tercio del producto interno bruto per cápita a precios internacionales), se ha adelantado a Estados Unidos en el PIB total si se mide en precios internacionales y converge o avanza en tecnologías como la 5G. Un importante test próximamente será la capacidad de China de competir con Boeing y Airbus en el mercado de aviación civil en el 2020. La propia apuesta de Sachs es que será capaz de competir.

En el futuro, ningún país tendrá la primacía económica, ni siquiera los EE.UU ni tampoco China. La economía china será mas grande que la americana debido a su mayor población, pero China no sera una potencia hegemónica pronostica Jeffrey.

Según una previsión de las Naciones Unidas, la población china disminuirá en unos 400 millones entre este año y el 2100. Su población es hoy en día el 18% de la población mundial y 4,3 veces la población americana. En la previsión de las Naciones Unidas, el porcentaje de la población mundial correspondiente a China en el 2100 sera 9%, y solo 2,3 veces la poblacion americana. En el 2050, la edad media de China se elevará a 48 años, siendo mayoría los ciudadanos mayores.

En resumen, la neurosis de las autoridades chinas es exagerada. Además, el material belico de guerra americano vis-a-vis de China es antiguo y es poco probable que pudiera imponerse, aunque sea lo suficientemente potente como para causar daños a ambos países y provocar daños colaterales.

La táctica principal de los EE.UU. es el control, estilo "Guerra Fría", es decir, ampliar su alianza de seguridad (OTAN más Japón, Australia y otros) y prohibir la compra de productos high-tech chinos o la venta de tecnologías avanzadas.

En los años ochenta, como parte de su intento de detener la ascendencia manufacturera de Japón, el objetivo estadounidense fue cerrar sus mercados a las exportaciones mediante cuotas y aranceles,impidiendo la devaluacion del yen.

Desde la mitad de los años ochenta hasta los noventa, los EE.UU. lograron empujar el yen a una sobrevaloración por medio de amenazas comerciales si Japón dejaba que su moneda se debilitara.

Los EE.UU. están jugando las mismas cartas con China: cerrar el mercado de importaciones y propagar rumores sobre manipulación monetaria. Desde que el Presidente Donald Trump asumió el cargo, el renminbi se apreció ligeramente frente al dólar a pesar de las medidas comerciales, una indicación de la resistencia de Pekín a permitir que la moneda se debilite.

Algunos aparentemente creen que estas maniobras hostiles devolverán millones de empleos industriales a los Estados Unidos. El empleo en la industria manufacturera estadounidense hoy es de 12.8 m (en una fuerza de trabajo de unos 163m), muy por debajo del pico de 19.6m en noviembre de 1979. La automatización, no China, representa la mayor parte de las pérdidas de empleo. Los futuros puestos de trabajo americanos se crearán principalmente en servicios, no en la línea de ensamblaje, donde La Guerra Fría y Chinalos robots harán el trabajo.

China no se va a colapsar como la Union Sovietica afirma Sachs. Sus bases tecnológicas e industriales son demasiado fuertes y sus vínculos económicos y diplomáticos en todo el mundo demasiado profundos. Tampoco cederán ante las amenazas estadounidenses. A diferencia de Japón, China no forma parte del paraguas de seguridad estadounidense y no depende de la buena voluntad de los Estados Unidos. Los productos de China en todo el mundo se venden porque son de alta calidad, menos costosos y a menudo de vanguardia.

La actual politica americana ha aumentado los costes globales. La economía mundial se está dislocando gradualmente por la impetuosidad del Sr. Trump. Las inversiones de las empresas se ven cada vez más obstaculizadas por la incertidumbre. El Presidente de los EE.UU. puede conseguir lo contrario de lo que pretende y provocar una desaceleración sincronizada este año y el próximo. Devaluar el rembi hará a China más competitiva. Es jugar con fuego. Donald es un experto en estas lides.

China debería junto a abrir sus mercados hacer concesiones en materia de propiedad intelectual recomienda nuestro brillante colaborador de GD.

Joaquín Antuña-joaquinant@hotmail.com
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Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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