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El Fondo Mundial contra el Sida, la Malaria y la Tuberculosis

martes, 15 de enero de 2019
Mientras nos vemos envueltos por la pequeña política, con sus tácticas, sus intrigas y sus rivalidades existe una gran política que se ocupa de las grandes causas que hacen avanzar a la calidad de la vida y la dignidad de todos los habitantes del mundo.

Como si se tratara de una gran novela de Alejandro Dumas, hace falta la energía, el arrojo y el compromiso de tres mosqueteros para lidiar con este asunto de tan vital importancia. No se trata del collar de la reina sino nada menos que poner coto a las tres enfermedades más mortíferas de la humanidad. Los tres mosqueteros son: nuestro amigo Jeffrey Sachs, Guido Schmidt-Traub, Vanessa Fajans-Turner. Tres personajes pioneros en cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenibles de las Naciones Unidas,los ODS.

A Jeffrey ya lo conocéis. Es el catedrático de la Columbia University que puso en la agenda de Naciones Unidas la idea de organizar una estrategia mundial para combatir de raíz todas las desigualdades y carencias que afligen a nuestro planeta azul.

Los otros dos mosqueteros, entre otras actividades, impulsan una red global para financiar y hacer posibles los 17 objetivos de los ODS que constituyen una agenda para la dignidad humana.

En un mundo dividido por conflictos y codicia, este fondo mundial lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria y lo hace de una forma ilustrada, renunciando a egoísmos y recordándonos todo lo que podemos conseguir cuando cooperamos para salvar vidas.

El Fondo Mundial lo creó en 2001 Kofi Annan y se estima que ha salvado 27 millones de vidas y conseguido controlar estas tres epidemias hasta el punto que podrían ser El Fondo Mundial contra el Sida, la Malaria y la Tuberculosiseliminadas en el 2030.

Estas tres enfermedades que acaban con la vida de 2,5 millones de personas al año podrían reducir esta cifra prácticamente a cero si en 2019 se consiguieran 10 mil millones de dólares que es el presupuesto anual de esta gran odisea por la salud humana.

Hagamos un poco de historia: el Fondo Mundial tuvo un gran comienzo a inicios del año 2000 con la determinación de Kofi Annan de hacer de las Naciones Unidas el gran coordinador para erradicar estas tres pandemias.

Encontró el apoyo del presidente George W. Bush que arrastró a otros líderes mundiales y en Bill Gates su gran filantropo.

Hasta 2008 se cubrió fácilmente el presupuesto de los mencionados 10 mil millones de dólares pero, con la crisis, surgieron las dificultades y ahora en 2019 se ha convocado una conferencia en Lyon organizada por el Gobierno de Francia para conseguir los fondos necesarios para proseguir esta fantástica campaña sanitaria.

Se tienen que encontrar los 10 mil millones de dólares que se necesitan empezando por los 30 mil millones para el trienio 2019-2022.

Podría parecer una gran cantidad pero, según nuestros tres audaces, arditi garibaldinos, no lo es, ya que supondría una carga fiscal de tan solo 8 dólares al año para los 1200 millones de habitantes de los países con altos ingresos y para los 2,2 millones de multi millonarios representa el 0,1% de sus ingresos totales. Una bagatela...

Si pasamos revista a estas tres pandemias vemos que en el caso del sida el tratamiento precoz que se facilita no sólo preserva la salud de los individuos sino que reduce la capacidad de infectar a otras personas.

También se evitan las muertes de malaria con un pequeño control digital sanguíneo, con mejores mosquiteros y un tratamiento de medicamentos muy económico lo que ha hecho que en los años 2000 se haya reducido en un 60% su balance letal.

Igualmente para la tuberculosis, es muy importante el diagnóstico temprano y un tratamiento eficaz. De esta forma la tasa de mortalidad ha descendido un 42%.

Es cierto que los Ministerios de Sanidad de todos los países dedican dinero y recursos para combatir estas enfermedades pero, sin el impulso de este Fondo Mundial sería imposible conseguir los grandes resultados que se están logrando.

Quien como occidental haya tenido la oportunidad de viajar y visitar países sin suficientes recursos saben de que estoy hablando. En nuestras televisiones se anuncian todo tipo de medicamentos contra la gripe, la artritis, los dolores de cabeza y todo tipo de dolencias menores que afectan a nuestra salud.

Aquí, en cambio, estamos hablando de grandes flagelos que cosechan millones de muertos y hacen de la vida humana un safari para evitar la muerte.

Está en juego una vida digna para una gran parte de la humanidad.

Los países ricos, incluido por primera vez China, que de ser perceptor de ayuda debe contribuir al mismo dado su poderío económico y los grandes filantropos como Bill Gates y Warren Buffett tienen que conseguir entre todos los fondos necesarios para esta revolución sanitaria que, para Aurelio Peccei, sería imponer un sentido común planetario a este atribulado mundo.

Hay que felicitar a los tres mosqueteros y confiar en que encuentren respuesta en un D'Artagnan que, difícilmente puede ser un Macron muy debilitado por los chalecos amarillos y debería ser Antonio Guterres, el secretario general de las Naciones Unidas.

Joaquín Antuña-joaquinant@hotmail.com
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