Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

A Guerra de Ifni (35)

martes, 08 de enero de 2019
Intelectual
-¡Como veis, se trata de un colonizador típico, de categoría! Aquí hay otra cinta que también recoge una conversación bancaria, pero con un Comandante dignísimo, ¡de los de puro, muy apurado!

Suena, de nuevo, el aparato de las cintas:

...
-Se trata de una pequeña cifra... ¡Es por no pedírsela a mi suegro, que tengo mi aquel, por supuesto! Ya te dije que el empréstito es para acondicionar terrenos... Ni se cuánto, una pila de hectáreas, en la Vega del Segura. ¡Si, en mi pazo, que es como llaman en la Galicia profunda a los cortijos señoriales!

...
-Bien, si, por supuesto. El crédito anterior también fue cortijero…, que de juego, nada! Allá van cuatro o cinco, pero un cortijo vale..., millones! Y luego está que el Capellán, el Páter Pumariño, tan rico que es, nunca tiene inconvenientes para avalarme!
...

-¡En absoluto; son cosas diferentes! De diversiones falderas..., ¡nada, que me lo prohibió mi suegro! Y de póquer en el Casino..., ¡lo mínimo, sólo para no aburrirme!
...

-¿Que dice de pedirle anticipos a la caja del Cuartel...? ¡Hombre, no, que eso da una imagen..., cuartelera!
...

-¿Que no le llega con la del Páter? Eso de traer firmas ajenas me ofende...; ¡mucho! ¿Firmas, yo, que rajé el mapa de España, de par de Aranda, por el Ebro abajo? ¡No me hagas reír!
...

-¿Pero qué dices de una Declaración de Bienes? ¡Los militares no declaramos nada, ni la guerra, que nos las dan iniciadas!
...

-¡Si que vive la madre de ella! ¡Pero eso da igual: es hija única! Si estuviésemos, por poner un ejemplo, en la Coruña, andarían diez Bancos detrás de mí... Pero tengo que continuar aquí, en esta maldita África; por puro patriotismo, ¿sabes? Abonos, esos baremos de la escala...; en definitiva, honores, que lo demás no me interesa!
...

-¡Claro que seguiré aquí, por todo el plazo de este crédito, naturalmente! De pedir traslado, nada, en absoluto, que aquí estamos la flor, la flor y la nata del Glorioso, del Invicto. Si acaso, con alguna ausencia..., que se van para hacer cursos! A ti, como civil, te llega con ponerte firme cando se honra la bandera!
...

-¡Ah, sí, claro; hiciste las Milicias…! Entonces, acuérdate: ¡Si bis pacen..., para bellum! Ahora, con las ayudas del Tío Sam, los estudios militares tienen un mayor estímulo, otra complejidad, que por eso hacemos los cursos; con dietas, por supuesto, que eso refuerza nuestra solvencia!
...

-¿Hablas de esa interacción hispano-marroquí? ¡No sé qué decirte, que yo, de eso de la política, paso! La política es una vanidad; o mejor dicho, una vacuidad, que en España la tenemos superada gracias a ese político ingente, que lo es el Caudillo! ¡Si no fuese porque es gallego, llegaría a Emperador...!

En cuanto a estos incordiantes, eses guatanes...; nada, cuatro petardos festeros, de simples desocupados! Cuando Marruecos, un Marruecos coronado, les vaya metiendo en cintura, desaparecerán paulatinamente esas algaradas del Istiqlal. Nosotros, aquí, ¡un Territorio de soberanía!, no tenemos que hacer nada; ¡nada, en absoluto! Aquí, por no haber, ni hay rojos, que se exige el Certificado de antecedentes Penales! Yo lo dijo César, que cuando hay paz, Quieta, non movere!
...

Comandante T.
-La voz de ese Camarada me resulta familiar. Todo un caballero español: ¡Si llega a ser civil andaría con la pajarita al cuello!

Intelectual
-¡Nosotros nunca lo dudamos! Por eso, habida cuenta de la presencia de aquellos caballeros tan caballerosos, no extremamos las precauciones para organizar nuestro famoso ataque… Si hubiese golpes, si hubiese zorros con mando en plaza, nuestro golpe, nuestro ataque, hubiese sido..., más zorrero!

Comandante P.
-Bien; puesto que acabaste con esta farsa de las cintas…, ¡a redactar el Informe! ¡Ar!

Intelectual
-¡Casi, casi! Mas, para que la muestra sea representativa de los diversos afanes y de los diversos estamentos y clases, en aquel Ifni inefable, voy a meter una de aquellos Suboficiales tan…, ¡colonizadores! ¡Y con esta cierro la sesión; prometido!

El que habla ahora se expresa en un gallego muy cerrado:

…

-¡Si, soy galego! ¿Se me nota en los falares? De ascendencia, labrega! Si, por mi desgracia, como dijo el señor Marcos, aquel de la Portela…

…

-Casado, también. Le soy de Lugo, rayando con Coruña…; y mi mujer también raya…, ¡pero con Pontevedra!
…

-Sólo tenemos una hija, cosa que aquí es pecado, que me lo dijo el Páter, que las familias numerosas reciben, de seguida, un premio…, ¡por su patriotismo!
…

-¡Pues así le llaman! Pero en Madrid le dicen patriotismo de Kamasutra. Eso se paga, o por mejor decir, se cobra, ¡con un pabellón de F. N.! ¡Igual que decir, “Fuerzas Navales”, o “Fuerza Nueva”, pero en este caso, Familia Numerosa… Y mientras, nosotros, los pecadores, los de profilácticos, tenemos que vivir en casas morunas, de adobes…
…

-Santos no le somos, iso no, que ya se lo dije! Pero mi mujer, que la trajo para Ifni su cuñado, el Sargento Bouzoá, ¡y por eso la llaman Operación Cuñada!, le tiene otras virtudes, que le es tan ahorradora como yo mismo! Así que..., pensamos como uno solo, y comemos como uno solo, pero como uno solo no fornica...; ¡pues eso, que no tenemos pabellón! La nuestra cativa viene comiendo, aproximadamente, lo que yo ahorro de comida cuando me quedo en el cuartel! ¡Je, jee, jeee!
...

-¡Ah, eso! Es que pocos Suboficiales fuman, y menos en pipa! No bebemos, ni jugamos, ni andamos de guilindrainas detrás de las mujeras, mercándoles joyas. Joyas, alfaias, bixús... ¡Todo iso ya lo son ellas! Los Oficiales nos dan mala fama, sona de aprovechados, pero bien que se aprovechan ellos de nosotros, que les hacemos todo el trabajo, mayormente los sucios!
…

-¿Qué por qué me quedé en el Ejército? ¡Ay, de eso, mi señor, antes que vivir de un tercio, repartido entre todas las legítimas, es mejor venirse para África, al Tercio! Cierto es que mi mujer era morgada, que por eso no me quiso hasta que me vio con los galones de sargento!
…

-Allí, no meu lugarciño, la escuela caía lejos, y en el invierno tenía que atrouchar la nieve del monte hasta el cabezal de la parroquia. En primavera los caminos estaban enlamados. Y después venía el verano, que siempre llega, ¡igual que le pasa al San Martiño!, así que, daquella, con los trabajos de la huerta, el lameiro, la seara…, ¡ni cogíamos el pizarrín! En otoño, aquellos Maestros, ¡los pocos que había, que casi todos fueron depurados por Franco, no daban llegado…, ¡mientras tuviesen playa! Por si fuese poco, cuando se cansaba el Maestro de hacer escuela, vacaba, hacía punto, ¡sin previo aviso! Los Maestros estudiaban en la Normal, que por eso se consideraba normal todo lo que hacían, y todo lo que decían.
…

-Sí, claro; es verdad, que los minorazos también salimos adelante; ¡pero fue gracias a la Guerra de España! Cuanto más brutos, mejor se nos daba hacerla… Yo tuve la suerte de que sabía matar el cerdo, y eso me fue útil…, ¡para entrar a la bayoneta! Me salvó mi ignorancia de esa andrómina de la trayectoria parabólica de las balas, cosa que tanto acobardaba a los Bachilleres, que se emperraban en entenderla!

Decían de mí que era un jabato; y entonces el Capitán azuzaba: Tira pa lante, jabato, que tú y yo tenemos que subir a la cumbre, avanzando por estas vaguadas, que de paso les arrincamos el drapeau a estos milicianos…! ¿No hueles su pernod…? ¡Quién me iba a decir que en Ifni volveríamos a tener a los franchutes enfrente, en esa frontera! Esos condenados hasta les enseñaron a hablar francés a los moros… ¡No se puede con los gabachos!
…

-¿Que por qué no pongo todos los huevos en el mismo cesto, en una sola cuenta, en la de este Banco? Verá: Lo aprendí de mi madre, una vez que tropezó con una piedra yendo a la feria. Como dicen allí: Por un lado, ¿qué quiere saber? Y por el otro, ¿qué quiere que le diga? Si no vengo por aquí, a su Banco, todos los meses de Dios, es porque me da vergüenza eso de que ustedes me llamen imponente tan a menudo! ¡Si, si, que aquí lo pone, en estos impresos de ingresar en la libreta! Entre aquello de jabato, y esto de imponente…, ¡ya me parece una burla!
…

-No, no se ponga así por tan poco, que le hablo en serio: La que está imponente es mi mujer, que ella ingresa en Correos, en la Caja Postal, un mes sí y otro también, ¡a su nombre! De esta forma, con estas precauciones, aunque alguien nos vea una de las cartillas, no pensarán que me aprovecho de la cocina del Cuartel; o que mi mujer nos tiene racionados, que la gente, para lo malo…! Dijo una vez mi Capitán que la mujer del César tiene la obligación de ser honrada…, sin dejar de parecerlo! ¿Dios, quien le mandaría a mi padrino ponerme César?
…

-Después vienen las Coloniales, y entonces vaciamos las Cartillas, las que llevamos de aquí, las dos, en otra de la Postal, que la tenemos en los bajos de una de las casas de mi mujer… Pero lo hacemos después de mercar las leiras, y de plantar los pinos…, ¡para que nadie nos tenga por ricos! Así no les ocasionamos envidia, que es lo que más encarece las fincas! Como ve, si Dios quiere que estos mouros do carallo vayan teniendo aguante, aquí nos haremos ricos, si cuadra casi tanto como el señor Coronel!
…

-Mi mujer cose, ¿lo sabía?, así que, cuando precisen ropa… Ella cose más bien para las señoras de los Jefes, pero en secreto! De esta manera ellas estrenan en el Casino…, modelitos de París! ¿Qué le parece? ¡Es de coña! Yo preferiría clientas civiles, que las militaras tienen poca memoria para eso de los pagos; ¡como todas son de marquesa para arriba…! Pues eso, que no les dan importancia a nuestras facturas!
…

-¿Me pregunta que cómo es que no me aburren los sirocos? Señor, a quien tenga cavado, entolado, queimado, extendida la ceniza de diez fanegas de monte, ¡al año!, que no le vengan con esas mariconadas del siroco. ¡Ese es un problema de las marquesas, de esas que vinieron al Territorio para poner su marca!
…

-¿Ya me apuntaron en los libros del Banco? Entonces me voy, que vuelvo a entrar de cocina, pero no espere más cuartos hasta dentro de ocho o de diez semanas, ¡que ya se lo expliqué! Mire lo que son las cosas, que dicen que la Historia se repite: Aquellos de Burgos, en la del Treinta y seis, iban a su catedral y rezaban para que durase la guerra…! Pues aquí va ser cosa de rezarle a su Alá para que nos aguanten, por lo menos hasta llenar la última hoja de nuestras Cartillas! ¡In cha al-lah!
…

Comandante P., que se levanta colérico, dirigiéndose al Intelectual:
-¡Ya está bien de trapos sucios y de enseñar nuestro culo, así que, morangos del nabo, tocadme el ídem, que va siendo hora de ponerse a las abluciones! Si tenéis algo que concluir, ponedlo a refundir, que yo no aturo más espionajes; ni espionajes ni dilaciones procesales!

Se abate en la Mesa, dando trompazos con los codos, enojado, y con eso, empieza a caer el paño, como siempre, lentamente.
…/…
Gómez Vilabella, Xosé M.
Gómez Vilabella, Xosé M.


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES