No quiero pecar de catastrofista como mi ilustre amigo Jeffrey Sachs que desea que el tema del cambio climático quede en manos de los técnicos ya que asume a pies juntillas las conclusiones del Acuerdo de París y pronostica un futuro muy sombrío para la
humanidad. Un panorama de rechinar de dientes.
Por mi parte me preocupa mucho lo que yo bautizo como el Armagedon de Pedro y Pablo. La pérdida de puestos de trabajo para miles de trabajadores. El Divino y su Valido se dicen defensores de los humildes y quieren evitar la explotación del hombre por el hombre dicho en la lógica marxista.
Sin embargo su política ambiental puede desencadenar el deterioro de la economía y hacer aumentar el paro de forma exponencial. La llamada transición energética es una trampa a nuestro bienestar. En vez de aplicar medidas de cierre de térmicas que encarecerán el recibo de la luz, lo que afecta sobre todo a las clases más desfavorecidas, se deberían estudiar formas alternativas de empleo y no eliminar ningún puesto de trabajo hasta que se aclare la suerte de los trabajadores.
Se debería apoyar la investigación para eliminar o paliar los efectos negativos de los gases de invernadero. Mi impresión es que se están dando palos de ciego. Estos sin Dios se han inventado un Dios Ecológico al que rinden pleitesía confirmando el apetito de
eternidad de Spinoza. Necesitan fe en algo y ya no les sirven las catedrales, los santos ni las Vírgenes, ahora se convierten a la fe ecológica, que pone en riesgo el progreso de la humanidad, a base de vaticinios catastrofistas.
Decir que lo padecido en Indonesia en estos días se debe al cambio climático es como creer que Pompeya desapareció por la construcción de las calzadas romanas. Como este ejemplo tendríamos muchos otros.
Debe preocuparnos la amenaza del coche eléctrico, que está todavía en mantillas, por su repercusión en la industria automovilista y por el cierre de plantas que podría traer consigo. El activismo desaforado de Teresa Ribera, con su transición energética, en Katowice probablemente ha convencido a la tecnológica Google a asentarse en Portugal en vez de España.
Estos aprendices de brujos el Divino y su Valido pueden poner de rodillas a la economía española, los partidarios del "no pasaran" pueden perjudicar gravemente a los trabajadores de todas clases como rezaba la Constitución republicana.
Joaquín Antuña-joaquinant@hotmail.com
