El día 17 de diciembre de 2018 a las 19h en el Ateneo de Madrid, se celebró la Conferencia "Polonia, la lucha por su independencia y por sus valores como nación. Del comunismo a la democracia. Miembro de la UE" presentada por Francisco de Medina y moderada por Miguel Calvo, durante la cual la Embajadora de Polonia, la Señora

Marzenna Adamczyk, expuso un "excursus", un recorrido histórico sobre Polonia, su relación con España, sus crisis pasadas y su actual desarrollo.
Las primeras relaciones comerciales entre Polonia y España se remontan al siglo XI cuando un mercader de Córdoba, Ibrahim ibn Yakub, comenzó la trata de esclavos y las importaciones de trigo y madera polacas. Polonia por su lado adquiría de España limones, naranjas y Cordobán, productos muy costosos, de aquí el dicho polaco "Reconocerás a un gran señor por la caña de su bota".
Desde el siglo XI hasta el siglo XVI Polonia tuvo un gran desarrollo económico, politico y social: fue un país muy tolerante hacia cualquier religión (por ejemplo, el reconocimiento de un título nobiliario a un judío, cosa muy rara en aquel periodo histórico), había una monarquía electiva con poder de veto y junto a España era el País mas poderoso de toda Europa. Además la primera Constitución Polaca es del año 1791, la segunda en el mundo después de la Constitución Estadounidense de 1787.
Lamentablemente, en los siglos siguientes, la inconsciencia polaca trajo consigo la total cancelación del Estado: fue dividida entre Imperio ruso, Imperio austrohúngaro y Prusia y solo España y Turquía siguieron considerándola un Estado. En este periodo en el que los hombres polacos tenían que luchar por estos países, las mujeres revistieron un importante papel en la sociedad: desarrollaron varios trabajos (en los campos, en las industrias) y mantuvieron en vida la economía del país. También la Iglesia fue muy importante por la protección de la cultura polaca porque solo allí se podía hablar polaco y por esta razón hoy en día Polonia es muy religiosa.
Durante seis generaciones Polonia fue solamente una tierra prometida, una utopía, un sueño por el que luchar.
La Primera Guerra Mundial no fue una guerra polaca porque los polacos luchaban en ejércitos de otros países. Por esta razón y gracias a su patriotismo, al final de la guerra, en 1918, los polacos consiguieron la independencia y en 1920 la joven Polonia logró parar la voluntad expansionista del ejército soviético.
En los 20 años posteriores el país se desarrolló exponencialmente, construyeron puertos, carreteras, el ferrocarril y muchas industrias.

Por desgracia, empezó la Segunda Guerra Mundial y el 1 septiembre de 1939, Polonia fue atacada por los Nazis y solo dos semanas después, el 17 septiembre, por los Soviéticos. En Polonia se construyeron los campos de exterminios, los Nazis tuvieron el poder de matar a los polacos sin dar explicaciones (así como a los judíos) y Varsovia fue totalmente destruida. Pero, al final de la guerra, fue reconstruida minuciosamente, gracias a obras de arte y viejas fotos de polacos emigrantes y por esta razón ahora es considerada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Sin embargo, Polonia fue el único país europeo que no colaboró con los enemigos, pero lucharon, resistieron y crearon un país clandestino.
Después de la Guerra, fueron obligados a aceptar el comunismo que comportó la deportación de la población polaca en Kazajistán y Rusia y destruyó su economía.
La resistencia polaca llevó a cabo las insurrecciones en 1956, 1968, 1970, 1976 y finalmente en 1980 cuando nació el Partido Solidarność (apoyado por el Papa San Juan Pablo II) al cual se unieron 10 millones de personas.
Solo 8 años después se acabó el régimen Socialista y desafortunadamente empezó un periodo negro en el país: se tuvo una inflación del 600% y en algunas regiones el paro era del 50%.
Sin embargo, Polonia fue el único país que en 2008 no tuvo recesión, ni crisis, y por esta razón muchas empresas europeas invirtieron y crearon nuevas actividades en su territorio.
Hoy en día Polonia, miembro de la UE desde hace 14 años, es un país en desarrollo, con un paro menor del 5% y con un bajo coste de vida. Aunque sean muchas las cosas que hace falta mejorar, como por ejemplo la baja consideración que Europa tiene de Polonia y de otros países del este, que llevó a cabo la creación del Grupo de Visegrado (Polonia, República checa, Hungría, Eslovaquia), la historia nos enseña que poco a poco Polonia también logrará este objetivo y, quizás, entrará pronto en la eurozona del euro.
Sin duda, Polonia representa la prueba viviente de que la resistencia y el sentimiento de identidad de un pueblo pueden hacer resurgir un país.
Annalisa Vigilante - annalisa.vigilante24122014@gmail.com