Un hecho insólito y mágico se vivió en el Ateneo de Madrid a pocos días de la Navidad. Una mujer con gran energía mueve la cabeza rítmicamente mientras camina entre sus oyentes, que a medida que habla se convierten en pastorcillos del portal de Belén.
Sus poderosos rizos de mujer épica se mueven acompasadamente mientras narra con
emoción el drama de un pueblo que a través de los siglos ha mantenido su fe en su patria escondiéndose al abrigo de las iglesias, manteniendo la antorcha de su identidad nacional.
País mártir, invadido, asimilado, pero no perdiendo jamás la ilusión de su destino histórico. La dama convertida en mujer épica desgrana la historia de este pueblo de Dios. Es una cabalgada de siglos reviviendo, dando vida a las vicisitudes de su pueblo, un Israel bíblico.
Con una voz rotunda en un castellano clásico y popular jalonado de refranes y de dichos populares, con incursiones no sólo en Castilla, sino también en Cubita la bella, los oyentes convertidos ya en pastores que adoran al Niño Dios, que ha nacido ya.
Como una fadista su hondo quejido flamenco va agitando nuestras conciencias y esta genial rapsoda en enfrenta a un público curtido en debates y nos hace mecer como las ramas de un sauce llorón.
Tres potencias Alemania, el imperio austrohúngaro y la Rusia de los zares se reparten esta nación que gime en su esclavitud pero milagrosamente conserva su identidad nacional. Una gran guerra de nueva la despedaza, pero es indómita y como David contra Goliat vuelve a ponerse en pie superando un régimen colectivista tiránico.
Se revive la saña en la destrucción de su capital, donde se abaten hasta los muros y la fabuloso reconstrucción remedando los cuadros del Canaletto y piedra a piedra
reconstruyendo el corazón de la villa.
Un sindicalista y un Papa se abrazan en una audiencia histórica en San Pedro en el auditorio Pablo VI, ambos de rodillas se estrechan fundiéndose en una patria libre nacida de un sindicalismo poderoso y de una iglesia militante.
Que este vendabal de recuerdos y de historia vivida al máximo lo intérprete una embajadora, una hispanista, que traza con trazos vigorosos la travesía del desierto de un país que quiso serlo a pesar de todas las adversidades es algo digno de crónica.
Una gran actriz que nos ha emocionado y nos ha convertido en ciudadanos del mundo estremecidos ante la constante bajada a los infiernos y un resurgir vigoroso. Como su Constitución segunda en el ancho mundo detrás de los Estados Unidos, que sólo vive 22 años, pero volverá a la vida desde lo más profundo de una cultura campesina.
El terrible holocausto de las fosas de Katyn en que se sacrifica a la intelectualidad y a la flor y nata del mítico ejército más de 40.000 víctimas, los terribles campos de exterminio en que perecen millones de mártires, una insurrección ahogada en sangre.
En la cena de Navidad se degustan doce platos que recuerdan a los doce apóstoles y al día siguiente empieza el festival cárnico nos dice esta singular poeta. Ya su charla se ha convertido en villancico.
Mis sagaces lectores habrán adivinado que la protagonista de este cuento de Navidad es Polonia y su vigorosa narradora es su embajadora Marzenna Adamczic.
Joaquin Antuña-joaquinant@hotmail.com
