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La cumbre climática de Katowice

martes, 18 de diciembre de 2018
En Polonia se han enfrentado dos posiciones la de los países que desean poner en La cumbre climática de Katowicepráctica el descenso de emisiones de carbono a la atmósfera y de quienes tienen miedo ante la pérdida de puestos trabajo que ello conlleva.

La postura española ha pertenecido al primer grupo apostando por la descarbonización y las energías renovables y adoptando posturas demagógicas contra la caza y la fiesta de los toros. La ministra de transición ecológica Teresa Ribera es una verdadera "terrorista" ecológica. A parte de persona muy engreida ‎es un verdadero peligro público, que pone en riesgo nuestro tejido productivo y atenta contra nuestras tradiciones seculares.

Al callejón sin salida en el que ha encallado la conferencia ha sido determinante la postura de Brasil que pone en solfa el cambio climático y ya se conocía el punto de vista de Estados Unidos que se niega a desmantelar su industria pesada.

En París en cambio los acuerdos para frenar el cambio climático fueron casi unánimes, el problema en Katowice, la región carbonera de Polonia, ha sido traducirlos, llevarlos a la La cumbre climática de Katowicepráctica.

La contaminación atmosférica esta fuera de discusión el ejemplo máximo es la polución de Beijing y de Shanghai, y la exigencia de limpiar el aire es evidente, muy a menudo no se llega a ver el sol.

Respecto al cambio climático, sin ser negacionista,‎ me encuentro entre los escépticos. Es cierto que unos 2500 científicos, la Unión Europea y la iglesia católica lo certifican, pero hay también muchos otros científicos que no están de acuerdo con matices.

Que Groenlandia y hasta el Sáhara fueran verdes, antes de la era industrial, que desaparecieran los dinosaurios es también algo muy misterioso, que refuerzan mi escepticismo sobre el creer a pies juntillas que el hombre pueda determinar el clima. La Tierra tiene sus propias fuerzas que cambian el clima. Creer que somos como los dioses griegos que dominaban los cielos, los mares y los vientos, es tomarnos por superhéroes endiosados y yo sincera y humildemente tengo mis reservas.

Si Europa lleva a cabo precipitadamente las medidas propuestas por agitadores del tipo de Teresa Ribera‎ nuestra industria puede venirse abajo y las estructuras sociales saltar por los aires y producir un gran paro y producir masivas protestas sociales como en Francia con los chalecos amarillos.

Es la hora de la prudencia y de antes de destruir nuestro tejido productivo calcular las consecuencias‎ sociales y no dejarnos convencer por las demagogias catastrofistas, que predican el caos a corto plazo para lograr un paraíso en los tiempos futuros. No se lo crean. Las profecías de los años treinta sobre el futuro se mostraron tan falsas como las encuestas de Tezanos.

Acción prudente, defensa de los puestos de trabajo, poner en práctica ciertas medidas que hagan más respirable nuestras megaciudades, avanzar en la revolución digital y encontrar los resquicios para nadar y guardar la ropa. Y nada de Ministerios de Transición Ecológica, que a mi juicio crean más problemas que los resuelven.

Donde hay fe del carbonero introducir masivas dosis de sentidiño gallego, que no nos den gato por liebre.

Joaquín Antuña-joaquinant@hotmail.com
Antuña, Joaquín
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Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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