La UNED Senior nos dirigimos a las tierras de Vimianzo, para visitar dos lugares
emblemáticos y que nos trasladan a un patrimonio que se había perdido a finales de los sesenta y que gracias a una época fructífera de la Diputación de Coruña, en 1998 se pudo comprar, rehabilitar y conservar hasta la fecha.
Luego de pasar por la capilla de Santa Irene, llegamos a Mosquetín, donde aprovechando un hermoso y caudaloso río Grande do Porto que desemboca en la Ría de Camariñas, se construyeron sobre 1753 tres batanes y siete molinos, los batanes en su interior tienen un complejo mecanismo de madera, que utilizando la energía hidráulica del río mueve una rueda y se activa un mazo que servía para golpear los tejidos de lana o lino, con lo cual se conseguía una pieza compacta, que aún se conservan como las famosas mantas maragatas.
En otra edificación pegada al río se encuentran los siete molinos harineros, donde mediante dos piedras redondas de gran tamaño que por una guía con palas adheridas se movían por la fuerza del agua del río y se molían granos de maíz, trigo, centeno, guardando el salvado para el ganado. Además como pago a los propietarios debían dejar un
porcentaje de la harina, este pago se conoce como la maquía.
Además el lugar cuenta con un área con mesas y bancos muy agradable, enfrente se encuentra un hospedaje, un poco más abajo se encuentran las piscifactorías de Isidro de la Cal con truchas y anguilas, pero que le resto fuerza al río y actualmente se está trabajando para que todo pueda funcionar perfectamente.
Emprendimos viaje para trasladarnos al segundo objetivo el Castillo de Vimianzo, que tiene su origen en el S.XII comienzos del S.XIII, está rodeada de un profundo pozo con puente levadizo, torre de homenaje y en la parte superior adornos de punta de diamante.
Tuvo muchos dueños fue confiscada por Alfonso XI, vendida al arzobispado, luego al duque de Arjona y en el S.XV a la familia Moscoso. Luego en 1467 durante la Revuelta Irmandiña fue tomada por el pueblo, sufriendo una destrucción parcial, pero ante la derrota de la Revuelta se apodero el arzobispo Fonseca, pero un año más tarde se hizo con la fortaleza el Conde de Altamira.
En la actualidad es un espacio abierto, con grandes murales explicando su historia, un gran mapa antiguo del Reino de Galicia que tiene la característica de estar orientado como si fuera en el sur con parte del Reino de Portugal arriba. También se realizan eventos culturales y obradoiros.
Subimos hasta la torre donde se puede apreciar magníficas vistas, para luego en la parte baja apreciar diversos artículos de lino, en tela con encaje que confecciona y dirige la señora Carmen Riveiro luchadora porque este espacio cultural siguiera vivo, como ver trabajar tres palilleras el encaje de Camariñas, como diversas piezas de ese material en exhibición.
Me quedo con la frase de nuestro profesor Felipe Senen López "El patrimonio tiene como fin proteger lo viejo, pero además es una atracción de visitantes y mueve el sistema económico de la zona".
No quiero terminar sin dar las gracias a quienes permiten que sigamos aprendiendo, porque nadie nació sabido y el saber no ocupa lugar.
