He vivido veinte años de mi ya larga vida en países democráticos orgullosos de exhibir sus banderas nacionales, Alemania, Francia, Estados Unidos, Italia, México y Reino Unido, que pueblan casas, lugares recreativos y organismos oficiales.
Aficionado a los deportes he escuchado respetuosamente los himnos nacionales, coreados por los aficionados y no recuerdo silbidos, ni silbatos. Se respeta al símbolo patrio.
En nuestra Plurilandia es posible silbar y mofarse de la bandera nacional, que nos representa a todos. Recientemente he pedido a una embajada de España que me permitieran usar una bandera para un acto escolar y no me lo permitieron, sin duda para evitar ser considerados fascistas.
Si estar orgulloso de la bandera nacional y mostrarla en actos públicos fuera de España
entonces yo soy de Vox.
Si arremeter contra los emigrantes, atizar el odio contra los musulmanes y los gays y menospreciar a las mujeres es ser de Vox, yo no soy de Vox.
Si no aceptar la Constitución y oponerse al estado autonÓmico es de Vox,yo no soy de Vox.
Si se acepta que la calle sea de los violentos como sucede en Cataluña con anuencia de la policía y se permite cortar calles e impedir el funcionamiento de los trenes simpatizo con los radicales de Vox que se oponen a estos macarras y se enfrentan con ellos.
Si se cree que el anarquismo y el comunismo son democráticos y se alían con el actual gobierno entonces comparto con Vox la denuncia del comunismo y los regímenes bolivarianos.
Pero si esta gente hace apología del franquismo y no condenan la dictadura de Franco, entonces claro que no soy de Vox y me opongo a las nostalgias de un pasado de falta de libertades y de totalitarismos.
Si por último el gobierno actual y sus aliados son anticlericales creo que la postura de Vox de defender el catolicismo es certera.
En una palabra si el radicalismo de Vox equilibra el radicalismo de Podemos y sus ramificaciones, entonces sea bienvenido.
Es de esperar que el PSOE se libere del sectarismo personalista de su lider, que el PP se aleje de la corrupción y se convierta en un partido plenamente limpio y si Ciudadanos se prepara a desgastarse en el poder, entonces no hará falta ni Podemos, ni Vox y España será un país próspero y democrático que respeta los derechos humanos y se abre al mundo.
Mientras esto no suceda tendremos que soportar a los radicales, pero es positivo que se opongan ambos y que se saquen los colores unos a otros, quienes sigan aliados al extremismo de Podemos alentaran a los extremistas de Vox.
En Andalucía el susanismo se dice antifascista mientras no exigen al gobierno que rompa su alianza con Podemos y los independentistas por lo que no creo que haya nadie en el frente constitucionalista que no quiera que Susana se quede en San Telmo. Vox bienvenido.
El gran culpable de este florecimiento de Vox es la política absurda del Divino Pedro de enfrentar a los españoles y hacer revivir el franquismo con su obsesión por Franco y por aceptar las críticas frontales de sus aliados de Podemos contra la Constitución y la Monarquía.
El primer partidario de Vox en Plurilandia es el Divino Pedro.
Joaquín Antuña-joaquinant@hotmail.com
