La transición vive su tercera etapa

Desde 1975 a 2019, se está desarrollando la transición en tres etapas Sin embargo, muchos ciudadanos de nuestro país creen que la verdadera transición es la que partió del 15 de mayo de 2011 con la protesta de los indignados que surge en Madrid y se extiende al resto del territorio. Producto de la situación de crac y depresión que vivía el país y del No saber actuar el Gobierno, de ahí su famoso eslogan: ¿¿Que no nos representa, que no, que no!!, A partir de esa fecha, los jóvenes entraron fuertemente en el sector político de España y muchos “yayos” les siguieron.

Los tres tiempos de la transición se dieron de esta forma: primero fue asegurar al presidente del Estado, segundo dotar al Estado de un nuevo respaldo legal, basado en los derechos humanos y el bienestar social; y tercero “analizar el régimen del dictador y tener libertad para cuestionar cualquier punto, p.e. la monarquía , o los símbolos “, los jóvenes no entienden por qué en este país hay temas intocables , “noli me tangere” (le dijo Jesús a la Magdalena: No me toques).

Cuando muere el dictador, lo más importante era que no surgiese violencia alguna que pudiese provocar un conato de guerra civil, otra vez. La primera etapa y el primer objetivo a conseguir para instaurar un régimen constitucional, comienza en noviembre. Muere el dictador Francisco Franco, el príncipe Juan Carlos ya había viajado a los EEUU, Kisinguer había estado en España el día de la muerte de Carrero, vino alguna vez más para saber si todo quedaba “atado y bien atado”. La monarquía era una promesa desde 1947 y se iba a llevar a cabo en horas, los EEUU habían mantenido a Franco y, siempre en sus acuerdos firmaban con el Reino de España, nunca con el dictador. En el verano de 1974, ante el agravamiento de la salud de Franco se iniciaron las conversaciones con los EEUU para elaborar un Tratado, no Acuerdo, el príncipe Juan Carlos por primera vez en funciones de Jefe de Estado, firmó una declaración de principios, el 19 de julio, El preacuerdo del Tratado se firmó el 4 de octubre de 1975, entre el Ministerio de Asuntos Exteriores de España y el Secretario de Estado Kissinger. Aún así, se renovó el Acuerdo de las bases en noviembre de 1975, que quedó derogado, al firmar con Washington, el Tratado de Cooperación y Amistad el 24 de enero de 1976. Por primera vez, la prensa pudo publicar el texto completo, y por primera vez, no contenía cláusulas secretas.

La segunda etapa consistía en conceder al pueblo los derechos, libertades y el buen vivir. Se aprobaron los partidos , incluido el PC en 1977, para que todos participasen en la redacción de la Constitución, aprobada en diciembre de 1978, todos eran corresponsables. Al año siguiente se convocaron las primeras elecciones para elegir a las personas que iban a ser alcaldes. Con esta nueva situación, empezaron a actuar los diversos partidos en los cargos públicos. La mayoría, como desenfrenados se lanzaron a mejorar las condiciones de vida. Hacer pistas, donde había veredas; hacer carreteras donde antes eran corredoiras /congostras, tendido eléctrico para los caminos; mejorar el servicio de alcantarillado … Llenar las universidades, aumentar las ofertas de trabajo, las conexiones con Europa, así año tras año. Desde 1982 están los socialistas en el poder, sus objetivos siguen siendo mejorar las condiciones de vida. Nadie antes pensó en hacer campañas para condenar el franquismo. El año 1981 los militares todavía hicieron oír el roce de los sables.

Los cambios del país habían seguido la senda del “Primum panem, deinde philosophari”, primero comer, después filosofar. España había cambiado en los sectores: economía , tecnología, estudios, relaciones europeas, disfrute de todo tipo de elementos nuevos: móvil, ordenador, TV de alcance internacional, y últimamente dominio de las redes sociales de comunicación. YA tienen los instrumentos y las técnicas respectivas, pueden lanzarse a la tercera etapa: filosofar, analizar.

La tercera etapa desde el 15 M. Van a rechazar el formato de partido político y crear un amplio movimiento asambleario. Ellos, muchos muy bien preparados, analizaban la situación como consecuencia de lo anterior, de lo que se había vivido desde el final de la guerra. En España notaban que el franquismo no había muerto, apenas unos pequeños cambios. Estas generaciones se han alejado de la religión católica que sostuvo el franquismo y la monarquía, hasta hoy. La materialización de las sociedades ahuyentaron el miedo al infierno; la felicidad, la dicha eterna, la quieren “aquí y ahora”. Eso supone, que si sólo voy a tener una vida, poder actuar libremente, en todos los ámbitos, sin molestar a nadie. Por tanto, “NO ENTIENDEN por qué no se pueden hacer referendos, por qué no se puede volver a la república, por qué no se les devuelve la dignidad a los asesinados sin juicios, o a los condenados a muerte por sus ideas republicanas, por qué no se pueden eliminar las señales de loa al dictador, que molestan a la vista y a la razón; por qué Cataluña no puede votar independencia o no; por qué si se ha desacralizado todo, no cambiamos la constitución a la que tratamos como procedente de los dioses; y hablando de dioses, España debe ser políticamente laica.

Hay que juzgar la etapa del franquismo, y condenarla. El dinero, el bienestar y la abundancia, tuvieron adormecidos a los ciudadanos. Recordemos a Castelao en su paseo por Extremadura, cuando le preguntó a un capataz para qué eran aquellas bodegas-cuadras: “para dormir los jornaleros”, respondió Castelao “Tengan cuidado cuando se despierten”.