Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

El problema de la Mariña

lunes, 03 de diciembre de 2018
Desde que recuerdo, la sociedad de la Mariña parecía confiar en que el desarrollo económico de la zona, además de la pesca, pasaba por el turismo. Y, siendo cierto que algo ayuda, lo cierto también es que nuestra bella geografía se sustenta en gran medida en la lluvia. Van de la mano el verdor y el agua. Y el sol no es precisamenteun veraneante muy habitual, yo diría que es un esporádico y escaso visitante, lo que conlleva muchos días desagradables para un turismo eficaz, que sólo palía la gastronomía y algún que otro monumento.

Pero a mayores, alguien debiera decir claramente que todas las bienintencionadas y hasta originales campañas para dinamizar la economías locales chocan con varios hándicaps: Si no hay dinero, ninguna iniciativa puede funcionar; y para que haya dinero es necesario que haya donde ganarlo, que no es el caso. Nuestra ubicación geográfica no ayuda y nuestras tercermundistas carreteras tampoco. Si acaso, se soportan camino de los centros comerciales que han acabado con el comercio local.

Hoy la competitividad es muy fuerte y nuestros negocios han quedado obsoletos, aunque nos duela. Además, conviene adaptarnos a los cambios y reciclarnos. Hay algunas profesiones que han desaparecido: sastres, zapateros… o están en vías de extinción como quioscos y libreros.

Nuestro empresariado es escaso, no sólo en cantidad sino en calidad. ¿Y qué decir de la clase política? Unos personajillos de cuarto y mitad, como los pollos, más atentos a descalificarse mutuamente que a resolver los problemas atávicos que supone vivir en una Tierra donde no hay oportunidades. Entre otras cosas por la falta de eficacia de sus dirigentes.

Con estas premisas conviene ser conscientes de una realidad y ver que nuestra industria es escasísima y resulta evidente que hay que cambiar cosas: el primer cambio, a mi entender, es esta clase política incapaz de revertir la situación económica con políticas distintas. Por ejemplo: el comprender que los servicios como la sanidad, la educación, los servicios sociales, la limpieza… deben ser de gestión pública. Se evitarían pagar a empresas que, si bien es cierto que a veces son más eficaces, se llevan pingües ganancias. Las empresas públicas, con disciplina, pueden resultar mucho más rentables para la ciudadanía. Evidentemente, hay que cambiar la mentalidad y la eficacia de la empresa pública. Reitero cambiar la mentalidad y aplicar eficacia. Imagínense, por ejemplo, como cambiaría su centro de salud si tuvieran el valor de echar a unos cuantos vagos.

Pero estamos hablando de empresas públicas que nos prestan servicios y es necesario hablar de la empresa privada. Urge industrializar la zona, dotarla de infraestructuras viarias- algo de lo que Feijoo y los otros sólo recuerdan en los mítines- y buscar mercado para la producción. Recientemente hemos vivido el peligro de perder Vestas con la espada de Damocles encima y yo diría que todavía pende.

Ahora amaga de nuevo una Alúmina-Aluminio, cuyo gasto energético, en gran medida, venimos sufragando los ciudadanos. El Brexit amenaza también nuestros caladeros y, después de ver languidecer la industria conservera, nos hemos quedado prácticamente sin ella. Estamos sumergidos en la economía de subsistencia de las pensiones y el panorama es muy desalentador.

A nadie se le escapa de que en la actualidad España es un páramo industrial y que las empresas chantajean a los gobiernos exigiendo subvenciones y que seguidamente se deslocalizan. También es cierto que China y otras economías emergentes, bajo el sofisticado paraguas de la globalización, inundan los mercados con productos mucho más competitivos que los nuestros, lo que conlleva el cierre de nuestras fábricas…Por ello nuestros dirigentes y economistas… y entre todos hay de buscar soluciones. La emigración es atávica, pero no por ello deseable, antes bien debiéramos de enfocar nuestros esfuerzos para evitarla.

Hoy, la Mariña, nos guste o no, es un trocito de ese páramo, la parte de nuestra Tierra que hemos de defender y no podemos permitir que estas u otras empresas, que desgraciadamente me temo que no tardarán en irse, se lleven no sólo sus ganancias, sino las subvenciones y nos dejen aquí a cambio paro, lodos peligrosos, contaminación y miseria. Hay que exigir medidas y decirle a esta gente tan golfa basta ya.
Timiraos, Ricardo
Timiraos, Ricardo


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES