No se había visto un despliegue de motoristas y coches de acompañamiento y una ambulancia desde los tiempos de la visita de Ike, me dice mi quiosquero Ángel, a quien se lo ha dicho su padre. La visita del presidente Eisenhower a Madrid fue apoteósica y no lo ha sido menos la de Xi Jinping, aunque faltó el calor popular por las medidas exageradas de seguridad, incluído un helicóptero.
Nuestro Divino apabulló a los madrileños y visitantes a la Villa y Corte de Madrid con cortes de tráfico, calles bloqueadas y todo ello por sorpresa. Es el chino que viene a llevarse nuestro jamón y a dejarnos sin uvas para las campanadas decía una señora con gesto preocupado.
Estamos tan acostumbrados a convivir con chinos en los supermercados, peluquerías, restaurantes, tiendas de uñas y turistas, que su Presidente no llama la atención.
El Divino y su jefe de gabinete, el audaz Iván, visionaron hasta cinco veces la peli 'Bienvenido Mr. Marshall', para organizar una bienvenida similar, aunque el gracejo de Pepe Isbert sea muy difícil de imitar. Descartaron vestirse de madrileños pues para mostrar y lucir modelitos Doña Begoña se basta y sobra.
La primera dama china, una famosa cantante, había que llevarla a la Ópera y para eso se pensó en la reina Letizia, recomendándole sobriedad para no opacar su gris de rigor y no enfadar a Begoña.
En la parte seria del viaje la firma de veinte acuerdos comerciales se hizo con todo el protocolo debido y ahí pudieron irse nuestro mejor aceite, jamón y uvas, pero una bendición para los agricultores, que si son andaluces y están en elecciones, miel sobre hojuelas.
A Borrell se le veía apesadumbrado y a las majorettes triunfantes. El gran chino estaba en la gloria reverenciado por todos e incluso por una alcaldesa que fue a la peluquería y lució menos desastrada que de costumbre.
Perplejidad entre los puristas de los derechos humanos, que pusieron el grito en el cielo
contra los de Arabia Saudí por las bombas, pero que no osaron abrir boca ante la lluvia de millones que este Winnie The Pooh va a descargar en Plurilandia.
Visita triunfal con cena de gran gala con Xi Jinping con chaqueta Mao y un elegantísimo rey Felipe VI, discurseando sobre el comercio sin barreras y la política multipolar con, a su vera una radiante Begoña con modelazo rojo estampado y muchos, muchos, empresarios ávidos de contratos y de participar en el maná chino.
La Ruta de la Seda fue el tema del día y la contienda comercial de los dos kolossos China y Estados Unidos, sin posicionarse demasiado para no perder comba, que en estos tiempos pragmáticos los ideales se venden al por mayor.
Bienvenidos sean los chinos que nos brindan oportunidades y los electores andaluces que se volcarán en su Susana Trianera que tiene un líder experto en viajes y amigo de los regímenes dirigistas, que espera un día, en su proyecto plurianual, hacer realidad en Plurilandia un sano autoritarismo, reinventando el franquismo, que la democracia no es buena para perpetuarse en el poder.
Ni jao ma!, saludo al cortés encargado de Simply, y al salir no me olvido del Tai Tie y quedo como los ángeles en esta hora china de Madrid.
Joaquín Antuña-joaquinant@hotmail.com
