Aislándose del mundanal ruido nuestro Divino se liberó del soez marcaje al que le tienen sometido los fanáticos de la política interior con sus cantinelas de convoque elecciones y ha plagiado su tesis. Que majaderos, reptan por los fétidos suelos mientras yo floto en
los cielos se repite el Divino repitiendo las palabras de su jefe de gabinete.
Los vientos y su Falcón le llevaron a París al centenario del armisticio de la primera guerra mundial. Begoña obsesionada por sus modelitos y por chafar a las cursis de Melania y Letizia, insistió en ir con malos modos y no tuve más remedio que saltarme el protocolo y llevármela conmigo. Hice bien, dejó a Jacqueline planchada. Además puse a Felipe en su sitio, bastante hago en sacar la cara por el con mis queridos amigos catalanes.
Los del protocolo francés son unos canallitas nos pusieron en el vagón de cola en el desfile de los paraguas. Pude sonreír a Obama y le guiñé el ojo a Angela, que torció el gesto cuando me vió acompañado.
Luego me fui a Guatemala, eché de menos a los cuates de Podemos, a Maduro y a Ortega y no me encontré a gusto con los de la derechona de Argentina y Colombia. Con ellos tengo que pensar tres veces antes de hablar por si cuelo alguna de mis ocurrencias.
No perdí el tiempo y me despaché a gusto con mi TV, y mis 24 horas, fueron media hora de explicar que no me voy a ir del machito, que resistiré hasta que se implanten los
coches eléctricos y haya otros inventos de esa tecnología que es como un toca sana.
Hoy estoy en Marruecos después de un acto electoral con la gorda esa de Triana, Susana la fontanera prodigiosa, mientras la abrazaba para los fotógrafos hice un gesto obsceno con el índice de la otra mano, por si las moscas, que está tía me la tiene jurada.
Me encanta el exotismo de los marroquíes me gustaría ponerme una chilaba blanca y sacarme selfies cada cinco minutos. Me sentiría levitando como el padre Pío. Viajar es un placer. Una delicia.
Voy a proponer a Carmen Igualdad celebrar el próximo consejo de ministros en el Falcón, que se lo diga a las majorettes y al indispensable astronauta. Todo estaría por los aires, y yo luciendo palmito y probándome gafas de esas de duro todo el tiempo.
Así se ensueña el Divino en sus viajes. Las pesadillas y los dolores de cabeza para sus súbditos. Le viene una canción y le da al 'Va pensiero', lo prefiere como música de acompañamiento mejor que La marcha triunfal de Aida que da el cante y al Divino le pirra la humildad grandiosa.
Seguiré viajando venga o no a cuento, lo importante es convertirme en un incubo para los españoles. Así se desgranan los altos pensamientos de este viajero sin par. Gloria a El Divino.
Joaquín Antuña-joaquinant@hotmail.com
