Tomo nota

Como saben mis lectores, tengo un amigo que me cuenta cosas y me dice: “Yo no soy partidario de que continuamente se estén legislando leyes, porque quizás llegue con que, las que hay, se cumplan”. Y continúa: “Te pongo un ejemplo: la ley del tabaco, que aparentemente funciona, no se cumple. Las terrazas de fumadores, por ejemplo, tienen que estar de modo que haya ventilación y, la mayoría, están cerradas para que no entre el frío”. “Es un pequeño ejemplo”.

“Y es que para que la ley se cumpla, es necesario que haya quien vigile y tome las medidas correctoras necesarias. Generalmente las multas resultan educativas”.

“Podría escribir un tratado sobre el uso y abuso que se hace de los espacios públicos con la basura, terrazas, anuncios, talleres que ocupan la vía pública, suciedad de negocios que se tira directamente a la calle, robo de flores de los jardines, vandalismo de pintadas, rotura de árboles, circulación de bicicletas y patinetes por aceras o paseos usados por los ciudadanos. Y eso se practica en muchos sitios. Ciertamente, es comprensible en niños pequeños, pero no en adultos”.

Mi amigo es un tipo de esos, de los que había antes, que se preocupaban por la estética y los buenos hábitos ciudadanos y yo le digo que ahora hay en los ayuntamientos y otras instituciones buzones de sugerencia, atención al ciudadano, modelos de participación cívicay que los municipales, por ejemplo, son asequibles y respetuosos con la ciudadanía, que la cosa cambió mucho desde que nosotros éramos jóvenes…”

“¡Y tanto que cambió!”-me contesta.“¿Tú has visto alguna vez un inspector sanitario que obligue a limpiar la cocina en un bar? ¿Tú no ves como determinados funcionarios, que te pueden poner el “globito”, están tomando alcohol antes de coger su vehículo? ¿Tú no ves a médicos o enfermeros fumando en las puertas de los hospitales? ¿Tú no ves tirar el agua sucia de limpiar las escaleras de las casas directamente a la calle? ¿Tú no ves, por ejemplo, como a los grandes supermercados no se le inspeccionan los productos que venden y así te puedes encontrar, otro ejemplo, jengibre chino envasado en Pontevedra con etiqueta ecológica? Y yo me lo creo y trago”. “Como cuando voy al Ayuntamiento y me apuntan para decir a quien corresponda estas cosas y me contestan: Sí, no se preocupe, yo lo apunto, se lo digo al responsable y ya verá que rápidamente se arregla. Y yo hasta lo puedo creer… durante una semana”.

“Pero te voy a decir más: cuando voy a pedir explicaciones por que los coches siguen aparcando en el paso de peatones o en la acera; o les enseño fotos captadas con el móvil de perros dejando sus “ residuos” en la calle; o furgones de repartidores, sobre todo de paquetería urgente, aparcado en donde les sale de allí a los conductores, según su propia confesión…entonces, en las instituciones, me contestan que eso no le corresponde a ese departamento, que no hay suficiente personal, que eso ya está en marcha y falta la firma del responsable de turno, que ya se le comunicó a la consejería correspondiente, que aquel coche mal aparcado es una cosa puntual ( suele ocurrir con los personajes influyentes)… Sólo les falta decir lo que piensan: que soy tonto, gilipollas y que siempre estoy con lo mismo”.

Sospecho que mi amigo tenga razón en sus consideraciones. Lo de tonto y gilipollas lo trae de serie, pero yo lo quiero mucho. La verdad, siento decirlo, yo creía que con el paso del tiempo el mundo iría cambiando para mejor y esos pequeños detalles que denuncia mi amigo harían la vida más cívica, respetable y cómoda y también que las autoridades serían personas sensibles que pondrían sus esfuerzos para que el ornato y la belleza, en sus respectivas responsabilidades, redundarían en el bien común; pero, por lo visto, lo que resulta evidente y forma una pequeña demostración de nuestro modo de convivir, es que nadie se pringa, ni toma medidas, ni soluciona problemas y eso, en vez de generar mejor convivencia, crea crispación.

Y no es bueno. Tomen no sólo notas, sino medidas.