En casa había un libro prohibido. Estaba escondido en la parte trasera de la estantería. Yo veía como mis hermanas lo disimulaban tras los libros permitidos.
- Si saben que está aquí, te llevan presa. - me decían.
- ¿Quién me lleva presa? - preguntaba.
- Los grises...
Entonces sabía poco de la vida y únicamente me intrigaba ese libro prohibido y esos grises que se llevaban niñas. Desde aquel día salía atenta a la calle por si me tropezaba con ellos. Los buscaba entre las casas, en el parque y en el mercado pero nunca conseguí ver a alguien de ese color. Tampoco sabía muy bien que aspecto tendrían. Un día decidí asaltar la estantería. El libro estaba apaisado en la parte trasera escondido dentro de una caja. Esperé a estar sentada en el bordillo de mi calle para abrirlo. el libro rojo del cole ponía en su portada. La curiosidad siempre le ganaba la batalla al miedo y las páginas iban pasando entre mis dedos. El libro tenía dibujos y hablaba del cole. Me gustaba. Me olvidé del peligro mientras quedaba absorbida por las letras hasta que algo llamó mi atención. De un salto me puse de pie, dejé caer el libro y empecé a correr hacia casa para evitar que me llevaran presa. Mi aventura con lo prohibido la acababan de romper tres gatitos grises desorientados.
