Estamos tan metidos con los intentos de perpetuarse del Divino y encanallados con la cuestión catalana que se nos pasan por alto asuntos que están al centro de la política europea. Uno de ellos es la guerra de los olivos que está provocando la construcción del
gasoducto entre Azerbaiyán e Italia.
El Movimiento 5 Estrellas del cómico Grillo y ahora liderado por el joven político Luigi di Maio, había hecho, entre muchas promesas, la de suspender los trabajos del mencionado gasoducto destinado a asegurar gas para Europa y la de no abordar grandes obras de infraestructura como las que conlleva la construcción de un AVE.
En las últimas elecciones, este movimiento se impuso en todo el sur de Italia y en la Puglia (Apulia en español) se las dieron muy felices porque iban a salvar sus olivos centenarios. Es una región parecida a la de Jaén por la cantidad de olivares que alberga.
En Turín, en cambio, una de las zonas más industrializadas de Italia torcieron el ceño por el futuro de una nueva autopista que conectaba a la ciudad más íntimamente con Europa.
Estos temas son muy conocidos entre nosotros por las batallas que libran los ecologistas por las defensas de la flora y de la fauna. Recordemos el trazado de la autopista valenciana!
Sin decirlo abiertamente se proyecta a los ciudadanos la imagen de una arcadia lejos del mundanal ruido. Quien haya visto películas vascas sabe cómo se hace un mito de los caseríos y de sus valles que imaginan paradisíacos. Una ensoñación para ecologistas de salón, habitantes de las ciudades que aspiran a volver al campo, que desconocen pero, que imaginan idílico. Así contemplaban a sus olivos y a sus típicos pueblos quienes votaron por los Grillini.
La oposición a las grandes infraestructuras justificó la lucha contra el AVE vasco con atentados y asesinatos y la predilección de los independentistas catalanes por las rodalias, así llaman a los trenes de cercanías... Sí pudieran estas gentes se desplazarían en caballerizas, resucitarían a los arrieros y se negarían al progreso.
Las promesas electorales se hacen para no cumplirlas, decía Enrique Tierno. Y así ha sido el caso... So pretexto que paralizar las obras sería muy costoso se habla de más de veinte mil millones de euros...las obras tienen que continuar... La respuesta popular no se ha hecho esperar: manifestaciones, concentraciones, rotura del carné de las 5 Estrellas, gritos de traidores rodeados eso sí, de unos muy valiosos olivos que iban a ser, finalizadas las obras, trasplantados.
En el otro frente las fuerzas productivas de Turín han puesto el grito en el cielo. Desean su autopista y el partido mayoritario en el Piamonte, la Liga, se ha visto obligada a oponerse a los planes de sus aliados en favor de la construcción de la autopista.
Es asombroso cómo movimientos que se denominan populistas y se llaman con orgullo progresistas se rebelen retrógrados y cavernarios...De esto hablo largo y tendido en mi libro Crónicas de la Nueva Caverna. Son populismos de aldea y de "campanile". Un campanilismo del quien no ve más allá del campanario de la iglesia de su pueblo...
Azerbaiyán, que ya ha construido el tramo de su oleoducto, tiene su política centrada en competir con Argelia que, actualmente, es un gran productor de gas. Su nuevo embajador Anar Maharramov en España es un político muy activo, audaz y trabajador. Este país, muy desconocido entre nosotros tiene, indudablemente, un gran futuro por lo que se toma muy en serio la política internacional donde residen sus intereses.
En Italia, la guerra de los olivos no ha dicho su última palabra aunque se excluyen acciones violentas que no están en la filosofía del Movimiento 5 Estrellas.
Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar! Aviso a los navegantes que prestan oído y apoyo a nuestros populistas.
Joaquín Antuña-joaquinant@hotmail.com
