Un temporal de lluvia y viento ha amargado la estancia en Roma de miles de turistas y ennegrecido los días de las personas sin hogar. En este mundo a dos velocidades, los que tienen vacaciones y los que no poseen nada...
Nadie ha encontrado la fórmula en el sur de Europa de sacar de la miseria a una parte de la
población...
Francisco quiere escuchar a los jóvenes, este es el tema de un Sínodo para la juventud. La Iglesia se encuentra prisionera de un síndrome de culpabilidad por los escándalos sexuales de abuso a los más pequeños. Un hecho de difícil digestión. Que roza lo incomprensible, como existen seres incalificables que se sienten atraídos por niños y niñas de corta edad. Haría falta que el doctor Freud volviera a la vida y, en su diván, los abusadores fueran analizados.
Siempre han existido las amas de cura, que se llamaban sobrinas de los sacerdotes y, a veces, tenían descendencia sin colaboración del Espíritu Santo, algo normal pero, que fueran los tiernos monaguillos o los escolares quienes recibían estas acometidas, para mi, resulta incomprensible. Por ello renunció a adentrarme en estas turbias aguas...
Este vendaval que acomete a la Iglesia Católica hoy lo ha sido por partida doble pero, Francisco hace un llamamiento a la esperanza y lo hace con esa pompa increíble de la Basílica de San Pedro. Obispos, cardenales, patriarcas, embajadores, personalidades y jóvenes, muchos jóvenes. Evidentemente sobrecoge a quienes no están acostumbrados a la liturgia vaticana.
Por si faltará poco, dos obispos chinos y un joven del país más poblado del mundo sellan la paz entre el Vaticano y la China. Es la nota más saliente de esta ceremonia en que Francisco, en su homilía, glosa la curación de un ciego por Jesús, al que la fe le ha salvado.
Esta salvación por la fe es el sencillo y gran mensaje del Papa que nos envía el Santo Padre mientras los elementos descargan lluvia y se escuchan los truenos como si una iglesia asediada por su poca credibilidad se levantara y deseara conquistar las mentes del futuro, la juventud.
Joaquín Antuña-joaquinant@hotmail.com
