A la vuelta de sus vacaciones en Estados Unidos el Divino rebosaba felicidad se había hecho miles de fotos luciendo tipo en Nueva York y había arrasado entre los estudiantes
de California, incluso le habían prometido un papel muy lucido en la superproducción "Los aventureros" que narraba los primeros años gloriosos de Adolfo y Benito, la toma del poder, las mieles de la gloria y ahora de vuelta en Plurilandia el caos catalán de Carlitos el Tramposo y el Iluminado de Blanes le favorecía, el Torrente catalán no quería ir a la cárcel, mientras Carlitos quería que todos los de esquerra terminaran en chirona.
De la Moncloa no le iba a sacar ni la Guardia Civil, había conseguido ser indispensable para los indepes y sus compinches. Sus majorettes y su astronauta le daban problemillas, pero como es posible que la Abadesa de la doble AA se olvidará de su casoplón en la declaración de la renta y que el astronauta prometiera no jugar con Hacienda. Eran cosas de poco. Se encerraba en su despacho se miraba al espejo y recitaba versos de Rafael Alberti, su marinerito en tierra y daba saltitos de alegría."no me tumban, no pueden conmigo". Así transcurría gozosamente sus días el Divino.
Había ordenado al payés, su dócil Abalos mirar para otro lado en el asunto catalán y que
hiciera comentarios a lo Donald, por cierto Begoña mi bella africana llevó los trajes más bonitos en América y dejó patidifusa a la estirada Melania, que importaba que asaltaran el Parlament eran juegos de niñatos y fueran pacíficamente siempre, no faltaba mas, muy violentos todo eran fuegos de artificio.
Casado el as del máster le hacía ir al Senado, pero dentro de dos semanas. Tenía que terminar de leerse su tesis. La verdad que le costaba descifrar lo que ponía y además era verdad, le entraba un pequeño escalofrío, que se habían olvidado de poner las comillas. No puede uno fiarse de los colaboradores. Fíate y no corras.
Tendría que convocar al gabinete de ocurrencias y promesas imposibles para ejercitar su política espectáculo "el show tiene que continuar". En Plurilandia mis súbditos tienen que divertirse y con su guru se ponía a fantasear.
Compás de espera en Plurilandia. Ahí me las den todas pensaba un feliz y optimista Divino. El otoño se hacía esperar. La vida le sonreía. Bastaba con un tirón de orejas a sus majorettes y voila!!!Todo en orden. La vida sigue igual como canta Julito. Yo sigo.
Joaquín Antuña-joaquinant@hotmail.com
