Las tarjetas black han resultado ser la tumba India para Rodrigo Rato y sus VIPS. Otro
chiringuito que se cierra. Otro chollo que se acaba. Hoy en la tertulia de un conocido programa de radio, algunos tertulianos defendían su empleo, porque tal vez tendrían constancia personal o de referencia de esta práctica de sobresueldos que pobló los restaurantes cinco estrellas e hizo ganar muchos euros a las tiendas de lujo. Recordemos los bolsos de firmas de postín que recibían las políticas encopetadas.
Los másteres de regalo para apabullar en el currículum o pavonearse ante los amigos han pasado a la historia de la picaresca patria. Las tesis prefabricadas, plagiadas o apoyadas en tribunales universitarios apañados están en el disparadero de salida.
Cumplir las leyes fiscales se está endureciendo, incluso se afean los artificios legales para escapar de los impuestos. Los políticos tienen que publicar su patrimonio y desnudarse de sus ropajes económicos ante los ciudadanos.
Las campañas del 'Me too' suponen una salvaguarda de la integridad de la mujer, pero al mismo tiempo impiden el uso de las armas de mujer o de hombres según los casos. Es un arma de doble filo.
Estamos en un proceso de regeneración democrática del que no escapa nadie. Se descubren nuevos nichos de beneficio a costa de los demás o del erario público lo que es lo mismo.
En un país latino de los mil trucos se irá abriendo poco a poco la puerta estrecha de los méritos, del duro trabajo, la constancia y la honradez.
Felipe González, el hombre que tenía todas las recetas comentaba en sus mejores tiempos que la corrupción era el aceite, el lubricante, que engrasaba las tuercas, las ruedas de la economía.
Por ello se precisa de una una administración muy eficiente, que no deje abierta la puerta a los recursos de acudir a las corruptelas para echar a rodar y poner en marcha muchas iniciativas.
El tres per cent, que no sólo se conjuga en catalán pone bajo la lupa la recalificación de terrenos, las subastas trucadas, el favoritismo de las subvenciones. Todo un terremoto.
Las vacas flacas de nuestros políticos de hoy pueden ser las vacas gordas de mañana,si no nos dejamos embaucar por los charlatanes del populismo y cada uno de nosotros descubre el orgullo, el verdadero, de ser honrado, sin ser tonto,que es algo imperdonable en un país latino.
La receta buenas leyes, buenas prácticas y una administración eficaz y al que se desmadre o se pase de listo sanción y reparación. Dura lex sed lex.
Joaquín Antuña-joaquinant@hotmail.com
