La treta de la familia Franco de comprar un sepulcro en la cripta de la catedral de la Almudena, amenaza con convertirse en un boomerang para el Divino Pedro.
Los nostálgicos del Caudillo sueñan ya en convertir esta cripta en una especie de Panteón romano, donde están enterrados los Saboya con guardia noble permanente.
El ansia de venganza, las ganas de colgarse una medalla al ojal para satisfacción de sus colegas podemitas y de los irredentos de la República, amenaza en convertirse precisamente en lo contrario que desea el Divino, en la glorificación del tirano.
La venganza ciega y las pantomimas del gran Wyoming vapuleando a la momia del general Franco, que tanto regocijo les causa a Carmen Igualdad y sus majorettes puede tener una respuesta inesperada y un coscorrón por parte de la Iglesia.
Es increíble la torpeza de volver a resucitar a las dos Españas que como escribió Antonio Machado "españolito que vienes al mundo, te guarde Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón".
Los 'indepes' del Astuto Mas, del Iluminado de Blanes y de Carlitos el Tramposo tienen al 1714 como su fecha totem, los fieles del Divino y del Coletas quieren resucitar el pasado, reescribir la historia y vencer en la guerra civil en su victoria pírrica.
Esta generación de jóvenes aislados con sus cascos de perpetua música y alunizados con sus móviles están siendo sacudidos por el fantasma de un pasado lamentable.
El Valle de los Caídos es un parque temático de la dictadura, del nacionalcatolicismo, de monjes guerreros, de legiones vencedoras rebosando sangre y llegando a los cielos. Vamos, el delirio, pero un retrato en blanco y negro de un pasado que no debe repetirse y que horroriza a los demócratas.
Dejemos dormir a nuestros demonios particulares.
Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
