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Autoentrevista Filosófica, XXIII

viernes, 05 de octubre de 2018
Estas autoentrevistas en forma de artículos periodísticos intentan, por un lado entrar en temáticas específicas y profundas, pero al mismo tiempo, con lenguajes más bien sencillos. Como en toda aproximación al saber, es imposible que todo sea verdadero-bondadoso-racional-útil-prudente-equitativo, pero al mismo tiempo, no renegamos de intentar buscar la verdad. Me imagino a mi mismo, que si hoy, viviesen los grandes pensadores y filósofos de todos los tiempos, hoy estarían en las redes sociales, en los periódicos digitales. Modestamente, eso es lo que intento, quizás, tanto y tanto como he ido reflexionando algo se quede materializado en palabras o en dibujos-pinturas. No entre en estas páginas, como alguien que sabe la verdad y la veracidad, sino como alguien que ha estado buscando como casi ciego lo real durante décadas.

P. ¿Cuál sería la mejor forma de organizar las sociedades?

R. Es una pregunta enormemente compleja, debo reconocer que mis conocimientos son limitados. Especialmente hay que reconocer que las ciencias sociales, y los anexos la filosofía y las humanidades creo que están en un estadio de desarrollo teórico y práctico muy primitivo. Creo que de aquí surgen enormes problemas.

Dicho de otro modo, si ponemos en una balanza, lo que han avanzado las ciencias naturales y las matemáticas en estos treinta siglos, y lo que han avanzado las ciencias sociales, la filosofía, las humanidades en el mismo tiempo, la diferencia es abismal.

Creo sinceramente que los poderes públicos, privados y estatales en el mundo, deberían desarrollar e incentivar la investigación no solo en temas naturales, sino de ciencias sociales, de filosofía, de humanidades como imperiosa necesidad de y para poder sobrevivir.

P. ¿Tan imperioso es esta necesidad…?

R. Creo que es absolutamente necesaria, no solo a nivel teórico y conceptual, sino práctico. Creo que es la única manera que todas las ideologías y culturas y sociedades y Estados y religiones y filosofías y metafísicas, al menos creen puentes de entendimiento y de autocrítica entre sí. Si no, me temo que unos dirán que las aceitunas no se pueden degustar, y otros que sí, y cada uno tendrá argumentos y no se pondrán de acuerdo, y al final, todos nos pongamos en el borde del abismo…

P. ¿La investigación teórica es armoniosa en todos los campos y metodologías?

R. Si entendemos el avance y acumulación de nuevas concepciones teóricas sobre la realidad, debemos aceptar la realidad, ciertos campos y ciertos temas, y ciertos métodos del saber, son más utilizados que otros, además que algunos intervienen más elementos de búsqueda de conocimientos y otros menos, por consecuencia, el saber no avanza del mismo modo en todos los terrenos. O dicho de otro modo, el saber tecnológico y científico se dedican más fondos económicos y más personas en el mundo que el desarrollo digamos de las matemáticas, y de éstas más que el conocimiento de lo que denominamos temas humanísticos y filosóficos…

P. ¿Y del mundo qué…?

R. El mundo de la realidad y de lo real es tan inmenso, al menos para nosotros los humanos, pero el mundo de las ideas-conceptos-interpretaciones es tan enormemente vasto, que nos perdemos en ambos mundos. El problema es cómo armonizar y cómo encajar ambos mundos. Es decir, que los conceptos sean reales, que la realidad se muestre con conceptos adecuados…

P. ¿Qué piensa usted del llamado experimento denominado Whitehall?

R. Solamente hay que aceptar los resultados. Si estamos indicando la necesidad del avance en ciencias sociales. Pero el grave problema es o sería, cómo crear una sociedad eficiente, es decir, que cada individuo cumpliese con su deber, y al mismo tiempo, evitar las consecuencias negativas de la subordinación, o dicho de otro modo, que una persona de una escala inferior en una organización laboral, tuviese el mismo grado de salud que los individuos altos de dicha escala…

P. ¿Qué piensa de las ciencias sociales…?

R. Creo que habría que intentar el viejo sueño de las ciencias, unificar las ciencias sociales en una sola ciencia. De tal modo, que diríamos entre todos aportar conocimientos y datos y conceptos y metodologías para entender la realidad. Es decir, completar y complementarse entre ellas. Quizás esto sea un sueño, quizás no sea posible, pero siempre creo que se debería caminar hacia ese objetivo.

P. ¿Pero qué sucede ahora…?

R. Pues es sencillo, en cada ciencia social, sea la que sea, sea economía o política o derecho o sociología o antropología…, hasta alrededor de las veinte que existen, existen no ya solo diferentes metodologías, sino diferentes fines y objetivos, lo que denominamos ideologías. Y lo que se consigue es que los humanos no se ponen de acuerdo entre sí, porque cada uno compra en el supermercado de las ciencias y de las ideas y de los conceptos y de la filosofía, “la explicación que más le gusta y más le interesa”. Es decir, en muchos sentidos, lo irracional prima sobre lo racional, tanto a nivel individual como colectivo. Por lo cual, los seres humanos no nos ponemos de acuerdo…

P. ¿Qué tendríamos que intentar hacer…?

R. Buscar la realidad, que es denominada buscar la verdad, que las ideas y conceptos y datos que disponemos sean reales, y si es posible, sean todos los que existen en un tema o cuestión o entidad real. Y después encajarlos en las formas más adecuadas de explicación y de demostración.

P. ¿Pero qué sucede…?

R. Que el mundo real es tan complejo y el mundo mental humano es aún más, que apenas sabemos casi nada, aunque creemos que sabemos y conocemos muchas cosas…
Caminero, Jmm
Caminero, Jmm


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