En Plurilandia las aguas bajan turbias, se ha desatado una caza despiadada contra el Divino Pedro y sus majorettes. Se escudriñan los entresijos del llamado gobierno bonito.
La ministra de justicia empantanada y embarrada en unas grabaciones canallas de dudosa legalidad y por si faltaba poco con un astronauta en el alero por sus irregularidades fiscales.
Pedro Duque recuerda al cómico italiano Benigni explicando porque creó una sociedad interpuesta para gestionar sus dos casas, su chalet de Madrid y el de Javea. Fuentes Quintana dijo que las personas más inteligentes pagarían menos impuestos y esto es lo que hizo de forma legal nuestro Tribulete del espacio.
He asistido últimamente a las recepciones diplomáticas de China e Indonesia y de mis conversaciones con muchos embajadores afloran la perplejidad por la situación actual española creen que el Divino lo tiene muy difícil para sobrevivir sin convocar elecciones y destacan la atmósfera de caza al ministro que se respira en los mentideros de la Villa y Corte de Madrid.
No se dan cuenta de que lo que este gobierno bonito pretende es fomentar la crispación para emerger como pacificador. El nombramiento de una ministra bronca conocedora de las cloacas del Estado era un presagio de lo que podía pasar. Sembrar la discordia.
El Divino en sus tratos con el Coletas deseaba asumir el papel de la Mantis Religiosa, que devora a su pareja y empieza a darse cuenta que es Iglesias el de los gemelos quien puede terminar con su augusta figura.
En su discurso en Naciones Unidas completamente plano sin ideas destaca su referencia a las posverdades, los escándalos que le amargan los días y las noches. Pide ayuda a sus aliados, sus compinches, haciéndoles barruntar lo que les espera si su gobierno se derrumba. Así piensa resistir.
Carmen Igualdad propone limitar la libertad de expresión. Se pone el pelucón amarillo de Donald Trump. El poder es una fuerza irresistible, un néctar de dioses y todos los paniaguados del Divino tiemblan ante el miedo de perder sus sinecuras. Poner un bozal
a la prensa, atemorizar a los periodistas y cerrar medios de comunicación es una tarea irrealizable, pero soñar aunque sea en voz alta no cuesta dinero.
El Divino vuelve a Madrid y sabe que le volverán a sacar su tesis y los trapos sucios de sus ministros, pero que me quiten lo bailado, mi fotografía en la tribuna más prestigiosa del mundo no me lo quita nadie. A resistir es su consigna. A presumir de lo que no es capaz de cumplir. Su pretendida regeneración ética es una hidra envenenada que amenaza con tragárselo.
Nunca llueve que no pare. Hay que hacer como su cosmonauta estar en la luna.
Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
