La cumbre informal de la Unión Europea ha demostrado la falta de ideas y de iniciativas sobre la emigración irregular que desea asentarse en el espejismo de la Europa del bienestar.
Salvini este incendiario ministro italiano de la Liga Norte retrata la situación

descarnadamente cuando habla de los emigrantes como esclavos que sustituyen a los hijos que no queremos tener.
Remitir la solución de esta peliaguda cuestión a lograr un acuerdo entre todos los miembros de la Unión Europea es inviable dada la división difícilmente superable entre ellos. Es escribir sobre las arenas movedizas del desierto. Un brindis al sol.
La propuesta española de aceptar un emigrante cuando se rechace a otro, formarlo y luego devolverlo. Es de una ingenuidad sonrojante e irrealizable con un mínimo de rigor.
Recuerdo trabajando con estudiantes ecuatoguineanos, que deseaban las becas y ayudas con nombre y apellidos y protestaban cuando la adjudicación recaía en la etnia rival. Un embrollo y un avispero.
Haría falta mucho buen vino de La Rioja durante la cena para que la propuesta española pueda ser tomada en serio.
Se comprende la llamada a la solidaridad de Francisco y de otros líderes religiosos y el

apoyo de las ONG's. Es nuestro papel defender a los emigrantes frente a las mafias y los mercaderes sin escrúpulos.
Sería más realista establecer un sistema de cuotas como Estados Unidos y ponerse de acuerdo sobre los requisitos para repartir estas tarjetas verdes, en Europa multicolor.
Remitirse a un Plan Marshall para África suena muy bien, pero los países regatean a la baja los posibles fondos disponibles. Resalta la política de infraestructuras que lleva a cabo China en África.
Estamos en un callejón sin salida y no sabemos que hacer.
Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com