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Con la Santina

martes, 04 de septiembre de 2018
Este año se conmemora el Centenario del Santuario de Covadonga y el jubileo de la Santina‎. Algo que comprenderéis es muy emocionante para un asturiano errante para Con la Santinaquien escribe estas crónicas, que ha estado en Roma, en Italia más tiempo que en Asturias.

Los asturianos de todos los pelajes e ideologías llevamos a la Santina prendida en el alma. En Buenos Aires un quiosquero al que compraba El Clarín el último día me sacó una estampita de la Santina. Añoraba Covadonga, este sitio enclavado en los montes, una Divina Cueva en que la Reina de los cielos se enseñorea de las montañas.

Es una emoción que compartimos con los mexicanos con su Virgen de Guadalupe que forja la nación azteca con los miles de asturianos que en aquellas benditas tierras de la Nueva España han hecho vida y fortuna‎.

Covadonga es cuna de España desde el Reino de Asturias y desde hace trece siglos con el mítico Don Pelayo que cubre los ojos de lágrimas a los patriotas españoles dándoles patria, religión y Rey‎ y que nos acumuna a quienes nos orgullecemos de nuestro pasado y no deseamos que nos conviertan en Plurilandia.

Así es que me apunte con mi ángel de la guarda, la bella Georgia, a la peregrinación que organizaba la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen de Salinas con al frente su párroco Don Agustín González Morera‎, una vocación tardía un ingeniero agrónomo que trabajó en Ensidesay que ahora pastoreaba su selecta grey de Salinas, esta playa que ruge y se traga a los incautos. Le apoyaba su factotum José María un moceton asturiano de los de gaita y culin de sidra.

De las cincuenta almas, pues amigos los peregrinos sacan a relucirlas, más de cuarenta ‎eran damas, lo que si fuera creyente hubiera hecho las delicias de Carmen Igualdad, pregunté a una de estas ilustres señoras donde estaban sus hombres y me contestó, que decían "que era cosa de muyeres". Don Agustín rezo un Ave María y se paseo por el autobús. El día estaba encapotado, típicamente astur.

Dos horas de verde que te quiero verde y henos aquí que en lo alto se divisa el templo de Covadonga. Un mar de autobuses, unos 40 de toda la Asturias viva con sus creencias y su Santina, nos aprestamos a visitar a la Reina de las Montañas, colas kilométricas, un espectacular camino entre piedras en la gruta y al final "yes piquiñina y galana" como resuena en nuestros oídos la imagen de la Virgen de Covadonga, nuestra Santina.

Hacía ya muchos años, que visité Covadonga ‎con motivo de la boda de mi tío Misael León, un minero de pro de La Rebollada de Mieres, de donde procede toda mi familia, había contraído nupcias con una cazurrina leonesa, rompiendo una acendrada soltería, lo que había alegrado sobre manera a la familia de la novia y encolerizado a la mía, que me había enviado a mi todavía adolescente como único representante. Se ve que descubrieron mi vocación de "metiche" que me ha llevado a convertirme en audaz reportero de GD a las ordenes de Don Xulio.

Son recuerdos, así como la petición de mi amigo Alfonso de que rezara por el y mi deseo de encomendar a la Santina mi nueva campaña escolar que el día anterior presentó en Viena Elvira mi chica prodigio, eran motivos suficientes para estar delante de la Santina y rezar una Ave María mezclada con una Salve ante nuestro símbolo asturiano y humedecerseme los ojos recordando a mis padres que murieron y a tantos parientes ya difuntos y a mi hermana y patulea de hijos y nietos felizmente vivitos y coleando.

La Basílica estaba repleta, nos invitaban a ir a la cripta o a seguir la misa fuera, conseguí hacerme adelante y nos sentamos en un pilar de una columna. Redoblaron las campañas y apareció la procesión toda de blanco y al final Don Jesús el arzobispo de Oviedo y Don Carlos el Cardenal de Madrid.

Misa solemne con coro y con la voz de tenor del cardenal Osoro,que como Juan Pablo II, es un estupendo tenor, en su homilía leída y recitada a la italiana, nos recordó sus siete años de obispo de Oviedo, hacia ya diez y nos desgranó su Cultura del Encuentro en que la Santina nos invitaba a cuidar la vida, adentrarnos en su maternidad de la Madre de Dios y amar al otro, al prójimo. Como siempre Don Carlos se extendió un pelín demasiado, pero nos conmovió a todos los presentes.
Con la Santina
Por último la procesión hasta la cueva y para mi el gozoso encuentro con una pareja que con Don Alfonso se ocupan del protocolo de la Almudena de Madrid, en que en el ocho de septiembre, mientras nuestro Reyes Felipe y Letizia y la próxima princesa de Asturias Doña Leonor rinden homenaje a la Santina, estaremos con Don Carlos en esta celebración mariana, que pone broche de oro a la novena de Covadonga.

La vuelta de esta procesión de autobuses, con la algarabía, que bonita palabra que nos dejaron los árabes derrotados por Don Pelayo y sus huestes y que ahora son nuestros hermanos, de todas las damas, que hablaban en voz muy alta, a la española, por cierto la palabra "Silencio", que dura es para nosotros.

Ocho horas después nos despedimos los peregrinos ocasionales de Don Agustín y José María dándoles las gracias por sus atenciones. Fuera una noche muy estrellada. Una jornada inolvidable. Un ejercicio de asturianía y de amor a España.

Joaquin Antuña
joaquinant@hotmail.com
Antuña, Joaquín
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