Una vez más se utiliza la libertad de expresión para burlar las leyes y cometer un delito de injurias al Jefe del Estado. Se permite que se cuelgue en un edificio de la Plaza de Cataluña una fotografía del Rey cabeza abajo con escrito en inglés. "The spanish King is not welcome in the catalán countries". Not welcome destacado en rojo. Para mas Inri se dice que el Rey español no es bienvenido en los países catalanes, es decir Baleares, Valencia, Rosellon y la Cerdeña. Aqui ya se riza el rizo. Todos contra el odiado descendiente de Felipe V.
En las Ramblas cuelgan otras dos pancartas, que tampoco se retiran porque los mossos alegan que son competencia del ayuntamiento y la Colau se reclama a la libertad de expresión. En una de ellas Felipe VI estrecha la mano de un Jeque árabe, con lo que se alude a su responsabilidad en los atentados. Xenofobia y delito de odio al estado puro.
Las víctimas pasan a segundo lugar, los políticos indepes aprovechan el recuerdo a las victimas para denigrar a España Tanto Torra, el Iluminado de Blanes como Colau se reclaman a la libertad de expresión para defender los insultos al Rey.
Además está marioneta de Carlitos el Tramposo ensalza a Trapero el jefe de los mossos, imputado y a Forn, el secretario de interior encarcelado, que son los responsables de no haber impedido el atentado y luego claro está homenajes a las fuerzas de seguridad cuyo cometido es ayudar a las víctimas y vigilar el orden público. Es gana de ponerse medalla a si mismos elogiar a quienes estuvieron cumpliendo con su deber fueran policías municipales, bomberos o personal sanitario.
Ni una palabra de condena a los jihadistas autores del atentado y a sus instigadores como si no existieran, como si el atentado lo hubieran perpetrado anónimos marcianos. Ni tampoco un oficio religioso. Faltaba más. En la capital de la Sagrada Familia no se escucha ni una mínima plegaria.
La lectura de un texto neutro del Ayuntamiento de Barcelona por Gemma Nierga y de una cita de un escritor inglés desconocido de hace cuatrocientos años y buscado con lupa en los ocho idiomas de las víctimas empezando por el catalán y terminando por "el castellano". Se omite mencionar el nombre de sus países, solo referencia a sus lenguas y claro Cataluña en cabeza y Castilla la última.
Después unos cuantos escolares representantes de los colegios de Barcelona con camisetas alusivas interpretan cuatro canciones precedidas del Cant des occels de Pau Casals. Delante del escrito en catalán Barcelona ciudad de paz en homenaje a las víctimas del terrorismo del 17 de agosto de 2017.
La llegada de los Reyes es saludada por gritos de Viva el Rey y no estas solo, coreados por una minoria de los asistentes. Desgraciadamente las víctimas pasan
a segundo lugar. No se leen sus nombres, ni se les deja un espacio de expresion. Son los segundones. Son el pretexto para enaltecer a Cataluña.
Es un día muy caluroso. Los abanicos intentando aliviar este clima agobiante. El acto discurre en respetuoso silencio. La Nierga cierra el acto con unas palabras muy pacatas dirigidas a las víctimas sin alusiones políticas. El Rey y Sánchez saludan a las víctimas deteniéndose con cada uno de ellos. De los dieciséis estuvieron presentes doce. El Rey y su comitiva abandonan una Plaza de Cataluña muy poco concurrida, tal vez por el gran despliegue de seguridad.
En resumen un acto frío, muy encorsetado, con escaso protocolo y que transcurrió sin incidentes. Avergonzado y denigrado por unas pancartas anónimas, la cobardía distingue a estos "brave hearts" de pacotilla, que tiran la piedra y esconden la mano.
Joaquín Antuña
joaquinant@hotmail.com
