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Luna Roja

martes, 31 de julio de 2018
Luna Roja Todos somos un poco lunáticos, en mayor o menor grado. Estos días hemos visto en TV las imágenes de nuestro satélite más o menos rojo, según el punto de observación.

A nuestros queridos personajes públicos esta luna roja ha influido en sus peripecias personales. Desde un Divino Pedro más estilizado que nunca contemplando el Tajo en Lisboa y poniendo el ceño ante las noticias de su derrota parlamentaria a un Carlitos el Tramposo regresando triunfante a su casoplón de Waterloo después de su aventura finlandesa y su ostracismo y cárcel en Alemania.

El lunático Donald se encuentra en su elemento y medita sobre su arrobo y flirteo con un Putin ostentando sus bien puestos balones del mundial. Macron le pide a la luna roja unos centímetros de estatura como hizo Sarko con sus alzas. A la baja cotiza la Merkel acosada por sus propios seguidores, igual que la May cada vez más melancólica.

A nuestros Reyes no les ha dado tiempo para la luna con sus problemas familiares que van del presidio a amores clandestinos deshonrosos ‎y al boicoteo de los de la butifarra.

No ha afectado, sin embargo al Iluminado de Blanes paseando su lacayismo por su República imaginaria y preparándose para recibir su bautismo del nuevo Jordan en Bélgica.

No ha cerrado las heridas del descalabro de la pequeña gran mujer del PP Soraya y sus huestes ante el intrépido Pablo y su secretario general,que parece sacado de un casting para galán de telenovelas de sobremesa.

El Señor Santiago se regocija ante la coloreada restauración de su Pórtico de la Gloria y los peregrinos exhaustos y regocijados se agolpan antes de extasiarse con el Maestro Mateo.

El astro portugués del balón Cristiano y su clan se instalan en Turín, después de abonar al fisco del trabalenguas Montoro-Montero la astronómica cifra de 19 millones de euros. Los 'tifosi', en pasmo ante su héroe, cuyo fichaje irritó a los trabajadores de Fiat y entusiasmo a todos los azzurri.

Reaparece en las ondas un resucitado José María García‎ y su dedo acusador apunta al disminuido y empequeñecido Florentino por tacaño y por haber dejado marchar a su balón de oro.

El maná y plaga del turismo se desparrama por las costas patrias y el 46 por ciento de españoles que veranean abandonan las ciudades y se buscan un descanso, a veces frenético y polémico por el reencuentro con los problemas domésticos, difuminados en el frenesí de la vida laboral cotidiana.

Los emigrantes, los llaman migrantes, escapan del hambre, la miseria y las injusticias en pos de lidos mejores, sumiéndose las más de las veces en falsos y crueles espejismos. Llevándose encima unas odiseas que ponen a prueba su dignidad y a veces acaban con sus vidas.

Contemplar algo que parece ser la luna roja o contentarse con las explicaciones de un algún divulgador científico nos espolea a soñar con ese pájaro inalcanzable que es la felicidad, que cuando llegamos a atraparla se nos fuga de la mano y esto no se debe al influjo de la luna roja, sino a la naturaleza humana.

Joaquín Antuña
joaquinant@hotmail.com
Antuña, Joaquín
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