Como con los reyes y papas se ha terminado un mundial de fútbol, Vive la France, y ya ha nacido otro, se prepara el más insólito, el del desierto del Estado Nación de Qatar o Catar, que se escribe de las dos formas.
El embajador de Catar S.E. Mohammed Jaham Al Kuwari es un Diplomático de carrera, que ha revestido el cargo de embajador en Estados Unidos, Francia, el Vaticano, Mónaco, Portugal, Luxemburgo, Bélgica y Suiza y fue precisamente en la nación helvética donde se acordó adjudicar la sede del mundial de 2022 a Qatar. Corría el año
2010 cuando Al Kuwari era embajador en Suiza y ese año fue el de la designación. Fue el hombre clave por su gran capacidad de trabajo, es incansable y muy hábil y tiene detrás las inmensas riquezas de gas natural de su país.
Este nuevo mundial es su obra personal, por lo que lo celebró a lo grande. Invitó a 500 personas, entre ellas embajadores y personalidades de todos los ámbitos sociales de España. El Corte Inglés monto cuatro grandes carpas alrededor de la piscina de su fastuosa residencia en la Moraleja y encargó el servicio de restaurante, el catering, al Hotel Intercontinental y todo ello el 15 de julio para presenciar la final del Mundial de Rusia. Las mil y una noches en versión futbolera.
El embajador vestido como un hincha se cambió tres veces de indumentaria según si dirigía un discurso, o atendía a la televisión de su país. Un prodigio, como un actor en una comedia, nos dirigió un discurso, porque también GD estuvo invitada, en que habló de los conocidos tópicos de la fraternidad entre países y como nota social explicó que ante las críticas se había mejorado la situación laboral de los trabajadores que se encargan de la construcción de fabulosos estadios, que se desmontaron después. Habla un excelente castellano pues estuvo en Madrid en su embajada del 1986 al 1990.
No podía faltar la pincelada española y un poco sorprendente la presencia del alcalde de León el abogado Antonio Silván, que también hizo un discurso y explicó que la Cultural Leonesa, La Cultu, está asociada a este proyecto de formación de los jugadores cataríes y de apadrinamiento de este mundial. Le saludé y le deseé suerte en esta aventura catarí y también para La Cultu, que perdió la categoría y esté en segunda B.
En un arrebato de amor a España confío en que la roja llegue a la final contra Qatar. Soñar no cuesta dinero.
Después la final donde la selección francesa, con tres jugadores del Atlético de Madrid, uno del Barsa y otro del Sevilla se impuso a los ardientes partisanos a quienes parecía que se les iba la vida en el envite. Un equipo mestizo y potente el francés con dos rutilantes estrellas Mbappe, ojo Florentino que las acciones de ACS, están por las nubes y has vendido a Ronaldo a precio de saldo y Antoine Griezmann a quien el mago Simeone ha convertido en un gran jugador.
Al final nos regalaron una vistosa gorra, el balón del mundial y una prenda de vestir, para mí un chubasquero catarí y a mi alumna Serena Hoost de la Universidad de Harvard un echarpe, un pañuelo en castizo.
Un evento, un acontecimiento inolvidable como aquellos que organizaba el Shah de Persia en Persépolis. Esperemos que Luis Enrique, mi paisano de Gijón trabaje duro y no volvamos a hacer el ridículo y finalmente Vive la France. Nobleza obliga.
Joaquín Antuña
joaquinant@hotmail.com
