Nuestro amigo Jeffrey Sachs, el brillante catedrático de la Universidad de Columbia en Nueva York vuelve por sus fueros reivindicando una vez más el fin del intervencionismo sistemático de los Estados Unidos.
Es la otra cara del "América primero", si Estados Unidos practican una política aislacionista sería lógico pensar que debería renunciar a su política militar de gendarme del mundo.
Los Estados Unidos, digámoslo ahora que estamos en vísperas del 4 de julio, el día nacional de la independencia su fiesta nacional. Sachs apunta que su país se ha contemplado a si mismo como el nuevo Israel destinado a redimir el mundo, una misión de redención que se explicita en la expresión de Ronald Reagan como "la ciudad reluciente en la colina". Refiriéndose al líder puritano John Winthrop, que se reclamaba a Jesús para designar a los asentamientos coloniales como "una ciudad en la colina".
Esta excepcionalidad americana es compartida como doctrina de fe por todos sus ciudadanos. Así como la guerra incesante, que se traduce en 280 intervenciones militares y conflictos nucleares en todas las partes del mundo, sin contar los 29 años de guerras contra los indígenas. No es la paz la norma, sino la guerra.
Esta idea de ser excepcionales se completa con querer ser un imperio, el imperio, nos dice Jeffrey. Lo que puso en práctica extendiéndose de este a oeste y después en 1898 arrebatando a España Cuba, Puerto Rico y Filipinas y apoderándose de Hawai, para después de la primera guerra mundial intervenir en todos los conflictos y sucesivamente a la segunda participar en todos los procesos de descolonización y reemplazando a las antiguas potencias coloniales en sus zonas de influencia.
Comienza una época, todavía latente, de dominio indirecto con intervenciones en América Latina, África y Oriente Medio quitando gobiernos hostiles y sustituyéndolos por otros afines sirviéndose del Ejército y su poderosa CIA.
Al comienzo de la guerra fría este intervencionismo se disfraza de ayuda al mundo libre, aunque a veces primen intereses económicos menos nobles como el petróleo de Irán en 1953 o las tierras cultivables de Guatemala en 1956.
Un colega de Sachs en la Universidad de Columbia el historiador John Coatsworth contabiliza y documenta los 41 cambios de gobierno actuados por Estados Unidos en América Latina y el Caribe entre 1898 y 2004.
Estados Unidos heredó otras guerras coloniales, sustituyendo a Francia en Indochina con una guerra desastrosa que cuando termina en 1975 causa un millón de muertos vietnamitas y 50000 soldados americanos con coletazos sangrientos en Laos y Camboya.
Este afán redentor y bélico les llevo a heredar los conflictos de Francia e Inglaterra en Oriente Medio. Extender su poderío y asegurarse el petróleo, disputando a los rusos la influencia en esta región. La aparición de Israel una llaga abierta para los países de esta zona y su indestructible alianza con Israel refuerzan su carácter religioso de misión y redoblan sus estragos bélicos. Aunque a veces las motivaciones pudieron ser válidas argumenta Sachs que los resultados fueron de desolación y catástrofe.
Este es nuestra tarjeta de felicitación al Presidente Trump con motivo del 4 de julio. El próximo capítulo será la visión imperial de América en Oriente Medio y como conclusión la necesidad de que Estados Unidos se retiren no sólo de Siria, sino de toda la región.
Los Estados Unidos pretenden salvar al mundo, pero quien nos salva de los americanos. La pregunta del millón.
Joaquín Antuña
joaquinant@hotmail.com
