Un embajador peruano, un prócer como suelen ser los personajes que representan a su país, un criollo de pura cepa me dijo en una entrevista en su embajada. "Joaquín, usted y yo tenemos la ventaja de ser del Club del 1.90" se pavoneó el diplomático. Con nosotros estaba un típico cholo, el periodista de La Razón Eduardo Guaylupo, que asintió riéndose con una media sonrisa.
Cuento esta anécdota con motivo de la exhibición física del Divino Pedro en el avión con gafas de sol y de la foto de unas manos, que han sido muy comentadas. Es evidente que su asesor Iván quiere que luzca palmito.
En su entrevista con la Sra. Merkel, esta dama gélida menospreciada por Berlusconi, que la consideraba una foca, se aprecia un cierto acarelamiento de la dama teutona ante un español de buen ver, que habla inglés, estaba harta de los monosílabos del anterior y que dice muchas palabras que no quieren decir nada. Una monada.
No cabe duda que Sánchez, nuestro querido Divino Pedro, lo de Divino lo comparte con Agustín Argüelles, causara estragos entre las políticas y las eurócratas de Bruselas, por lucir palmito, pero al mismo tiempo no ser un ardiente conquistador como era su
emérito Rey el gran Borbón D. Juan Carlos I.
Por esta razón el avezado Iván, su astuto jefe de gabinete, que ha lidiado en todas las arenas políticas, se aprovechará de su buena planta para conseguir miles de admiradoras, de un mito varonil, en época de política de genero. Lo va a vender como "el hombre que gusta a las mujeres, pero no las asusta" solo les alegra la vista, sin peligro de escarceos tipo Marqués de Bradomin en la Sonata de Otoño.
Esto respecto a España donde esta en curso la Santa Cruzada contra el machismo, pero en el extranjero, prescindiendo de los Estados Unidos del "Me too", impera todavía, esta vivo el mito de Don Juan y esto abre las carnes de las matronas de todas las edades y de sus hijas.
Iván hará ensayar la sonrisa apropiada al Divino Pedro para cautivar corazones, para grangearse el afecto y abrirse paso en esa selva insondable de la eurocracia. Se mirará al espejo y tocará ensayar, sonrisa franca de Viva la gente, pero con un tono un poco soñador, sin pasarse.
Será también de obligado cumplimiento en este trainning, en este aprendizaje el uso de las manos, hacia arriba, hacia abajo, cruzando los dedos reflejando determinación y energía. Todo un arte del embelesamiento.
Una última recomendación para enfrentarse a la Merkel y similares, no demostrarse demasiado inteligente, que a estas damas les encanta dar consejos como hacen con la gente joven y con sus comadres. Recitar de carrerilla las consabidas fórmulas políticas, pero sin pasarse, quedándose a medias. Esto es muy fácil para el Divino tan ducho en decir una cosa y la contraria sin inmutarse.
Este nuevo Criterio de Balmes puesto al día por las reglas de la Mercadotecnia pueden hacer de Sánchez, un apuesto doncel en las cumbres y en las reuniones de alto copete entre las escasas damas. Claro es que este comportamiento puede despertar la ojeriza entre los hombres profesionales de la política, pero el Divino sabe que las mujeres mandan y que el Siglo XXI es el siglo de la mujer.
Estoy convencido que el Divino Pedro, a quien los medios ingleses llaman el "hansom", el guapo, sabrá aprovechar su palmito para lucirlo, con su personaje que gusta pero no asusta a las damas, que les alegra la vista, un Don Juan tímido en los tiempos de la cólera femenina.
Joaquín Antuña
joaquinant@hotmail.com
