Durante cierto tiempo Pedro Sánchez había dejado de ser en mis artículos el Divino Pedro. Parecía haberse convertido un estadista responsable, pero de repente la ambición ha roto el saco y ha resurgido el político oportunista dispuesto a todo con tal de llegar a La Moncloa.
Parece hacer suyo el lema del revolucionario francés Danton para el que habia que actuar con audacia acuñando la famosa frase "de l'audace, toujours de l'audace et encore de l'audace. Audacia siempre audacia y todavía audacia.
Les habrá pasado también a mis queridos lectores despertarse al alba con una idea fija, que nos parece muy fácil y que hay que hacer urgentemente. Luego al despertar empezamos a ver los problemas y quedamos perplejos.
El Divino Pedro todavía no se ha despertado. Sigue con su ensoñación y lo ve todo muy fácil. Tiene mayoría absoluta sumando a todos los enemigos de Rajoy, quienes desean desalojar al líder gallego cuanto antes.
Además en su elucubracion vio meridiana la forma de arrebatar a Podemos los votantes prestados. Para ello una agenda social tipo el programa del Presidente francés Hollande, sangrando a los ricos y elevando los impuestos para recaudar fondos destinados a medidas sociales, que tuvieron como efecto la retirada de las inversiones, la fuga de capitales y el aumento del paro.

Se ha sobresaltado al ver que el representante del PNV le exige abrir el melón territorial. El Divino Pedro frunce el ceño. Con esto no contaba en mi alucinación del alba. Basta con que pida el voto sin comprometerme a nada, además tengo fama de débil, ambicioso y manipulable. Lo que necesitan los independentistas.
Hay tres obstáculos importantes en este camino triunfal, que comporta el nombramiento de 4500 puestos, que hacen salibar y poner en marcha los jugos gástricos, ante el gran banquete que esto supone, a los idealistas de su partido.
El primero es el probable hundimiento de la economía y el pánico que genera y el segundo es el PNV, cuyos cinco votos son fundamentales para lograr la mayoría absoluta que requiere la aprobación de la moción de censura y el Partido Nacionalista Vasco necesita estabilidad económica para que finalicen lo antes posible las obras del AVE vasco, infraestrutura que juzgan indispensable. El tercero es la mayoría absoluta del PP en el Senado, que puede eternizar o posponer la aprobación de las leyes.
Despertará el Divino Pedro o seguirá soñando con su quimera dorada de alcanzar la ansiada Moncloa.
Joaquín Antuña
joaquinant@hotmail.com