Sentimiento religioso

Una primavera fría y lluviosa no ha impedido las grandes muestras de sentimiento religioso, especialmente en el Sur de España. La representación de la Semana Santa ha llenado de fieles y de turistas a Sevilla, Málaga, Granada y prácticamente a todas las ciudades andaluzas.

Si uno de estos turistas curiosos atraviesa en estos días el Estrecho de Gibraltar verá cómo en pocos kilómetros cambia totalmente el panorama.

En Marruecos están prohibidas todas las manifestaciones que no sean del Islam. Está perseguido el proselitismo. Se castiga con hasta tres años de cárcel el repudio del Islam y la conversión a otra fe. Son pocos kilómetros pero dos mundos completamente diferentes...

Recuerdo que en Mauritania, en una Navidad ya muy lejana se percibía la alegría de los cristianos en Senegal celebrando la Navidad, mientras que en la parte mauritana había una indiferencia total. Lo curioso del caso es que a uno y otro lado de la frontera vivían los wallofs, una tribu de la África negra poblada de animistas, con ritos mágicos que por caprichos de la historia se encontraba dividida entre dos países con estados y religiones diferentes y opuestas.

Hago esta reflexión porque nuestros queridos ateos que se llenan la boca con proclamaciones rumbosas y ruidosas de los derechos humanos ignoran la fuerza del sentimiento religioso ,y su interés se centra en denigrar todo lo que es católico y símbolo cristiano y se ponen la mano delante de los ojos para no ver que el fenómeno religioso es un simbolo de tolerancia y de apego a las tradiciones.

En Cataluña por ejemplo, los regímenes de los Pujol, favorecieron la implantación del Islam no porque les interesara esta religión ni porque estuvieran fascinados por Mahoma... meramente por criterio político.

Las simpáticas hordas, la chusma que se dedicó en nuestra República a quemar iglesias y conventos nunca lo hicieron por un sentimiento universal. Era simplemente odio puro y duro. Nuestros heterodoxos como los llamaba Marcelino Menendez Pelayo han sido víctimas de un feroz localismo. Algo así como cuando piensan muchos ateos que el hecho religioso se circunscribe al cristianismo.

La profesión y ejercicio libre de una religión son un derecho humano reconocido por las Naciones Unidas y que exige un espíritu de tolerancia y respeto a las demás creencias sin hablar de los diferentes regímenes políticos.

Una muestra de gran intolerancia se está dando estos días en Palestina, en Tierra Santa. Las tres religiones de libro no encuentran forma de conjugar la Biblia, la Torah y el Coran. Estos tres venerables textos sagrados no son suficientes para lograr una convivencia en paz...La pasion y muerte de Jesús ofrece tres lecturas completamente diferentes...para unos se trata del Mesias, para otros de un falso Mesias y siguen esperando el adviento de su Mesias, y para el resto Jesús es un profeta más. Ese Dios Monoteísta con diferentes nombres, diferentes liturgias, no consigue llevarlos por el sendero de la paz..

Así mientras en Jerusalén se celebra una muy modesta pero muy simbólica procesión por parte cristiana los palestinos invocan su derecho al Día de la Tierra y convocan marchas hacía sus santos lugares. El resultado: violencia, agitación, desolación y muerte como Jesús que entró en Jerusalén el Domingo de la Borriquita se inmolara encarnando a los jóvenes palestinos que desean recobrar sus tierras.

Nuestros alegres ateos, como el pintoresco alcalde de Santiago, si pudiera, haría como aquellos mineros asturianos que dinamitaron la Camara Santa en 1934.
Afortunadamente, como cantaba Maria Dolores Pradera, ' es algo que no se estila '...

En Naciones Unidas de 196 países se puede contar con los dedos de las manos los países que se proclaman ateos. Todos reconocen el sentimiento religioso por más que los sesudos y complicadisimos estudios que pública el amigo Alejandro de Trotta intenten demostrarnos lo contrario, se trata de una disquisicion filosófica occidental.

Por eso, contemplar una de esas vírgenes dolorosas con sus palios, sus mantos, su candelaria, sus penitentes, lleva una carga estética muy fuerte, nunca mejor empleada la frase 'el elixir de Dioses' de los antiguos griegos.

Sumerjámonos pues en estos ritos abriendo nuestros corazones y nuestras mentes a la tolerancia y a la belleza!!!

Defendamos a nuestros Dioses y no tiremos piedras a los ajenos!!! En este Cristo crucificado veamos la imagen de ese poderoso abrazo entre los seres humanos!!!

Eso es fraternidad: el sentimiento religioso.

Joaquín Antuña
joaquinant@hotmail.com