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La magia del pincel de Valentin Kovatchev

martes, 13 de marzo de 2018
El 7 de marzo, en la sala de exposiciones del Ateneo de Madrid en la calle del Prado, se celebró un vernissage organizado por la Embajada Búlgara con motivo de la presidencia de la Unión Europea.

El título de la exposición es: Valentin Kovatchev mística.

El actual presidente del Ateneo, Cesar Navarro que, curiosamente, iba  La magia del pincel de Valentin Kovatchevvestido con un vistoso poncho rojo, celebró la presencia de este gran pintor búlgaro en su sede fundada en 1835 y que, especialmente durante la segunda República tuvo ateneistas tan famosos como Gregorio Marañón, Manuel Azaña, Ramon del Valle-Inclan, Miguel Unamuno y Fernando de los Ríos.

Navarro en su discuso destacó que el maestro se ha convertido en un hispanista famoso que retrata los grandes mitos de España y, por lo tanto, era un honor tenerlo en el Ateneo. Por su parte, el embajador búlgaro, Ivan Iliev Kondov, resaltó la figura de un pintor que conoce perfectamente las tradiciones de su país y que, sin embargo, viviendo en España auna la mística búlgara con la española.

Valentin dedicó un encendido homenaje a su mujer que, por motivos de salud, no pudo estar presente y trazó una muy inspirada semblanza de la compañera de su vida, de la inspiradora de sus obras, que es su musa y su marchante. Se refirio a varios de los presentes agradeciéndoles su apoyo y se regocijó al decirnos que España era su segunda patria. Parecía un amante hablando de su amada. Respiraba por España ‎el mismo amor que profesaba a su esposa.

Asistieron varios embajadores, entre ellos la embajadora de Chipre siempre tan elegante y atenta a todos los acontecimientos matritenses y diversas personalidades del mundo artístico. Me enumera en un chat, Rosa Olazabal, que es una entusiasta del artista que ha participado en exposiciones y ferias de arte en Bulgaria, Japón, Grecia, Hungría, Austria, República Checa y Holanda. Su obra ha sido reconocida y galardonada en varios rincones del mundo.

Es de destacar el cuadro del caballo con una mujer que tuvo mucho éxito. Se le conoce como el pintor de los caballos. Es un dibujante portentoso y sus cuadros tienen mucha luminosidad. Su pasión por España le ha llevado a descifrar los misterios y sortilegios del alma hispánica. En sus cuadros se revela la magia del pintor que embruja al toro ese tótem hispánico y lo enfrenta con un espléndido torero presto a celebrar el rito eterno de la tauromaquia. Los cuadros impresionaron mucho a los asistentes que, además, tuvieron la ocasión de deleitarse con unos excelentes vinos búlgaros reputados por la pureza de su color y su sabor afrutado, todo un placer para esta velada en que también se degustaron manjares de éste país.

Es la segunda vez que tengo el gusto de asistir a una exposición de Kovatchev. En la primera quedé fulgurado por los briosos caballos que nos regalaba el maestro. En aquella ocasión se despedía un gran amigo, el embajador búlgaro que congregó a todas sus amistades alrededor de los cuadros y de la magia de Kovatchev. Nuestra amistad consistió en intercambiarnos nuestras exposiciones, artículos y actos culturales.

Tengo la satisfacción que mi último libro, las "Crónicas mordaces"que se presenta en el Centro Riojano el día 21 recoge en la portada una obra de este singular búlgaro que representa a un caballero que alanzea a un dragón barroco, todo ello detrás de un magnífico molino de viento, el simbolo cervantino por excelencia, Don Quijote.

Recojo este punto para glosar como se ha identificado Kovatchev con la cultura española. En unos momentos de incertidumbre y de polémica nacional es muy oportuno que un gran artista, un mago de los pinceles, nos recuerde la gran singularidad de la cultura española.

Se diría, paseando por la exposición y deteniéndose delante de cada cuadro, que este pintor es un filósofo, un humanista que traza una radiografía de los valores espirituales y artísticos en sus lienzos. Está afincado en Málaga y no cabe duda que bebe en las aguas cristalinas de los alazanes andaluces y que habrá visitado sin duda la Feria del Caballo de Jerez.

El arte es cosmopolita por naturaleza y recordemos que el esplendor de la antigua Roma y la belleza de Italia la descubrieron los viajeros ingléses y alemanes de siglo XVIII por lo que, pintores como Kovatchev contribuye a sacar brillo, a desempolvar a un Ramiro de Maestu con sus Quijotes, sus Don Juanes y sus Celestinas. Valentín nos llama también al arrebato que no es sólo el himno del Sevilla, sino que es un grito de afirmación hispánica.

Ni cabe duda que el pintor supo elegir muy bien el título de su exposición "la mística" por su unción casi religiosa de sus diversas suites, en ellas Valentin se adentra también en el mundo de la música y estos caballos inertes o galopando nos transportan rítmicamente a ese mundo maravilloso del arte.

Quienes tuvimos la suerte de asistir a esta velada del Ateneo no olvidaremos facilmente, ni el relinchar de los garbosos caballos de Valentin, ni su trote, ni su alzada, quedaremos mesmerizados por la magia de los pinceles de este estupendo artista, de quien me honro de ser su amigo y comparto el cabalgar de sus equinos por los campos eliseos de la Hispanidad. Gracias Valentin.

Joaquín Antuña
joaquinant@hotmail.com
Antuña, Joaquín
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