Al mejorar la situación económica empeora súbitamente la salud laboral de los españoles. Un extraño virus ha aparecido entre los trabajadores, que aqueja de forma desigual a las fuerzas productivas, no les afecta en la vida privada, aunque refuerza su capacidad para dormir sin tener que angustiarse por ese despertador que nos hace levantarnos como autómatas y dejar sábanas y mantas, ducharse y arrojarse a los transportes públicos, en vehículo privado o los más concienzados en bicicleta y los más afortunados a pie.
Nada de eso, ante la más leve molestia, un carraspeo o una tos extemporánea frena la gran gana de trabajar de los hispanos. Entre los funcionarios no hace falta la aparición de ningún síntoma basta con presumir que se pueden poner enfermos. Es un virus muy curioso que incita, con la angustia de quienes están ansiosos de faenar, al reposo y al ocio.
Una Comisión de las Cortes han promovido reuniones con expertos en esta forma de camelitis aguda, que atenaza de forma muy grave a todos y que llega a un cuatro por ciento a unos ochocientos mil individuos, que ni siquiera necesitan justificar su baja laboral, es un derecho al ocio,al reposo, que reprime de forma feroz los deseos irrefrenable de trabajar.
En sentido inverso los emigrantes se presentan todos los días al puesto de trabajo, llueva o nieve, se ve que se vacunan debidamente, con algún elixir o pócima que les impide tener esta peligrosa camelitis aguda que aqueja dolorosamente a sus colegas los esforzados currantes de la península y aquí no hay diferencia entre regiones y nacionalidades de esta Camelandia nacional. Todos iguales.
Una comisión independiente germánica con expertos japoneses ha elevado a la OMS, la Organización Mundial de la Salud, la necesidad de atacar de raiz a este virus de la camelitis, que curiosamente no se manifiesta ni en los fines de semana, ni en fiestas, ni tampoco durante las vacaciones. Se apuesta por la investigación y

examen viral de toda esta inmensa columnas de afectados por la camelits.
Desde el ecologismo se apunta a un aumento de las alergias y a ciertas encimas que excitan las necesidades de reposo y de tumbarse a la bartola. Se atribuye al machismo esta inclinación al dolce far niente, como llaman los napolitanos a esta camelitis por lo que se han pedido informes de movilidad y se recomienda aumentar los carriles bici y otras zarandajas.
Para contrarrestar esta camelitis el ocho de marzo se promueve como el día de la mujer que hace huelga, tal vez está iniciativa ayude a combatir la camelitis en su forma más aguda.
Este tema del absentismo, del que nadie habla en las campañas electorales, pues los padres de la patria tienen muchas vacaciones y tiempo libre no debe tomarse a broma, debe atacarse de raíz, pero como tal vez se debería prohibir y quemar el libro del Buscón de Quevedo y toda la picaresca en bloque, podría ser la fuente el origen de esta camelitis que aumenta cuando mejora la economia.
Joaquin Antuña
joaquinant@hotmail.com