Guillermo del Toro con su monstruo del agua narra una inaudita historia de amor en las alcantarillas de Baltimore, es ahí donde han echado entre las aguas negras a un monstruo, fruto de un experimento tenebroso propio de la guerra fría, con militarotes del Pentágono y sabuesos de la CIA mezclados con agentes rusos con pinta de mafiosos y entre toda esta genrtuza con entorchados están dos ángeles, dos limpiadoras, una negra y otra muda, que realizan sus tareas ajenas a los monstruos de agua y tierra.
Tengo una visita en mi Fundación de Jean Marc un mocetón provenzal, maestro de primaria, apasionado, al que perdí de vista, cuando había protagonizado una bella historia en los Andes peruanos, reconstruir una escuela motivando a toda una comunidad indígena, luego su encuentro con la mala fémina, tanta veces evocada por la canción napoletana. Hombre ingenuo, mujer perversa, hijos del amor víctimas de las disputas de los padres, una de esas historias, que son banales, pero no dejan de ser dolorosas.
Llego a la tertulia de José Luis Yzaguirre en el Casino de Alcalá y en su tertulia de los martes, me encuentro con una historia abracadabrante, un médico de acento incierto y una dama con kimono están enfrascados en demostrarnos el poder de sanación de las ondas sonoras, que equilibran todas las células y órganos del cuerpo. Su herramienta un mágico sillón, compuesto por 300 piezas y que cuesta más de 40000 euros y sesiones a cien euros, se recomiendan tres por trecientos del ala. Les prgunto si son chamanes y con amabilidad me explican que todo es cientifico.
En mis andanzas romanas recuerdo las sesiones en la Academia Tiberina, cerca del Tiber y la Piazza del Popolo, donde se discutía de Teosofis, espiritismo, poltergeist, hipnotismo y otras artes de Ciencias ocultas a no mucha distancia del "cupulone de San Pietro". Me comentan que en la Piazza del Popolo se guillotino al último carbonario, aquellos masones librepensadores, que encabritaban al Vaticano de entonces. A un par de amigos de lo oculto, los vi pasado un tiempo en la puerta del Sol en un congreso de magias y exorcismos.
De todas estas 20 horas intensas, que lecciones sacar, que vivencias transmitir a mis lectores, de esta proximidad con monstruos y monstruitos de agua y tierra, sin duda el baile onírico, de la feucha mudita y su apuesto monstruo,que recuerda la danza romántica de la ciudad de las estellas de 'La, La, Land' en el planetario de Los Ángeles, un enlazarse de los cuerpos en movimiento, una invitación al arte del buen yacer y de la comunión de las almas.
A la pareja de las ondas magneticas,los encuentro inclasificables, entre los monstruitos de agua y tierra, aparentados al relato del procés de los fanáticos catalanes y a los charlatanes del retablo de las maravillas de Cervantes, en todo caso recomiendo a todos los que vayan a esas sesiones, estar en buena salud.
Joaquín Antuña
joaquinant@hotmail.com
