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Sentenzas, Fías e Ruadas (8)

martes, 20 de febrero de 2018
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Despois dun descanso para que o público gozase daquelas chanzas, ordes dos fareleiros, etcétera, arriba, na tribuna, tocaban os sinos anunciando a continuidade do xuízo. Os Letrados, con todas e todo iso, dispoñíanse para intervir.

Acusador

Aquí me tienen presente
en el medio de esa Sala;
Abogado soy, y sostengo
la acusación de esta Causa.

Defensor

Para defender la Causa
del Travieso Cresta Roja,
y a las órdenes de Usía,
está el Defensor ahora.

Acusador

En la granja donde nació
no quiso estar sumiso,
y un mal día se marchó
sin darle nadie permiso.

Isto ten connotacións daquel pasado recente: Ambiente de "Prietas las filas...", desertores, fuxidos, salvoconduto para viaxar, etcétera.

Defensor

¿Por qué se marchó de la granja?
Fíjense en lo declarado
por el primer testigo,
que es bien decente y honrado.

Acusador

Bastante lejos de allí
acampó en un gallinero,
sin contar para eso
con el permiso del dueño.

Defensor

Meterse en aquel gallinero
lo hizo por bien y forzoso:
¡Para defender las gallinas,
que las comía el raposo!

Auxilio á forza pública fronte a fuxidos e maleantes. O autor estaría recordando o caso de Cobuliña do Fato, que o matou a propia Garda Civil, en San Cibrao, precisamente cando corría, de parte dos outros Gardas, levando a Castroverde unha nota para que lles mandasen reforzos de Lugo. Os "reforzos" eran precisa e casualmente aqueles Gardas, que xa estaban chegando, e ao ver que Cobuliña saía do lugar do Fato, ¡a cen!, puxéronse nerviosos e dispararon antes de darlle o "Alto". Era a consigna, o seu hábito: ¡En caso de dúbida, primeiro disparar, e despois preguntar!

Acusador

Y les profanó su honor
a unas pollitas poca cosa,
que hasta, según los testigos,
se quedaron achacosas.

Defensor

Eso es una buena mentira,
fíjese en que yo se lo digo,
porque las cosas que se ven
no se tienen en el bolsillo.

Acusador

El no galear las viejas,
cosa que bien clara ha sido,
eso es un desprecio grande,
y grande merece el castigo.

Defensor

Yo creo que hizo muy bien
al no quererlas galear;
ellas deben dar ejemplo,
y nunca escandalizar.

Acusador

Se sabe que mató un gallo,
y hasta sin ser en pelea;
esto hay que castigarlo,
resulte por donde quiera.

Defensor

Según el primer testigo,
aquel gallo tenía anemia,
y un buen día se murió...,
con una borrachera!

Acusador

Se sabe que robó arroz,
y que entró en una casa;
este era precisamente
para celebrar la Pascua.

Defensor

Si lo hizo o no lo hizo,
no lo puedo asegurar;
el primer testigo dice
que no tenía qué robar!

Acusador

A los vecinos del pueblo
hizo daño en sus sembrados,
delitos que por la Ley
están hoy muy castigados.

Defensor

El primer testigo dice
que este no hizo ningún daño;
luego sólo son calumnias
porque tratan de espantarlo!

Acusador

Es un delito muy grande
allanar la morada;
y por esta mala acción,
tiene que ser castigado!

Resulta evidente que o Autor coñecía o artigo 545 e seguintes da Ley de Enjuiciamiento Criminal; e que sufrira o seu incumprimento, probablemente naqueles rexistros tan frecuentes, tanto durante a Guerra Civil como nos anos seguintes. Xa estaba vixente o "Fuero de los Españoles", que era do ano 1945, pero tamén sabía que nacera coa letra morta, así que aproveitou para dar esta puntada.

Defensor

Que no allanó su morada
se sabe de antes de ahora;
por ahí está presente...,
¡que lo diga esa señora!


Sinala coa man, vagamente, dun xeito impreciso, cara ao público. O significado era, máis ou menos, "Bobadas, que sempre teremos alguén que axude a encubri-los abusos da autoridade!".

Acusador

Que le comió el arroz,
no lo va a desmentir,
porque hay muchos vecinos
que lo vieron salir.

Defensor

Si le comió el arroz
hizo muy bien, según creo;
primero lo robó ella
que andaba en el estraperlo.


O Autor segue obsesionado coa escaseza e cos prezos exorbitados que caracterizaban o "estraperlo" dos últimos anos. Só se lles rapou o pelo ás revendedoras que eran, ou se lles supoñía, desafectas ao Réxime.

Acusador

Por razones no lo haces,
según dejas entrever,
y aunque sea a bofetadas
te tengo que convencer.

Defensor

A eso si que no te atreves,
¡cara de sinvergüenza!
que con una de las mías
te ha de bastar la muestra.

O método non era xurídico, pero cadraba co efecto que desexaba o público.

Alegato final do Acusador

A todos los de la Sala,
mis distinguidos señores,
presten su atención,
y atiendan mis razones:
Todo el pueblo ofendido
pide, y muy justamente,
que se les haga justicia
contra el reo delincuente.
Saben que estos vicios
nos han puesto en vilo,
y la Autoridad es aquí
la llamada a corregirlos.
El exceso de vicios,
tratados con imprudencia,
llevan a la Humanidad
a una gran decadencia.
Sentencien en consecuencia,
sin miramientos con nadie:
es justo, señores míos,
que el que las hace las pague!
Yo cumplo con mi deber
haciendo esta advertencia;
¡ahora lo que se haga
nos lo dirá la Sentencia!

Conclusións do Defensor

Pido al señor Presidente,
y Magistrados leales,
que me presten atención
a cosas que haya normales.

La segunda declaración
pido que sea anulada,
por tratarse de un testigo
de parte interesada.
La del tercer testigo
cítese a revisión:
se le levantó el juicio,
que el mismo lo declaró.
Por ninguna de estas faltas
creo que haya delito;
por eso pido que se absuelva
al gallo, mi defendido.
Si el gallo faltó en algo,
hoy se viene arrepentir:
¡es un ser como nosotros,
y tiene derecho a vivir!

Pode haber algo de panteísmo, ¡pre ecolóxico!, pero tamén un sedimento daquelas prédicas dos franciscanos nas Misións de entón, de amor aos animais e ás plantas. Tamén conservaría o Autor, no seu subconsciente, aqueles fantasmas da recente dicotomía de bos e malos, azuis e roxos.

Fíjese, señor Juez,
que en los casos juzgados
suele haber errores.
¡Debemos ser humanos!
¡Adiós, mi querido gallo,
si no te puedo salvar
todos sabéis que no fue
por falta de trabajar!


O Autor, se ben timidamente, apunta a erros xudiciais, procedementos sumarísimos, etcétera, tan frecuentes naqueles tempos de pau e tente teso.

Intervén o Fiscal

Buenas tardes, auditorio.
Con permiso de la Sala,
quiero hacer mi intervención
en la Vista de esta Causa.
Resumí despacio el expediente
y en su totalidad
encuentro varios delitos
de gran responsabilidad.
Soy el Fiscal que actúa
al amparo de la Ley;
y a consecuencia de esto,
la pena quiero imponer.
Por profanar las pollitas,
una falta moral,
sólo por este delito
ya se debe castigar.
Por despreciar a las viejas
merece su buen castigo;
y este es un hecho real
que los testigos lo han visto.
Por maltratar otro gallo,
según está demostrado,
ese es un delito grande,
¡y tiene que ser castigado!
Por allanar la morada
de una señora del pueblo,
otro delito mayor.
¡Sólo de pensarlo, tiemblo!
También hizo varios daños
a alguno de sus vecinos;
eso está bien comprobado,
que lo han visto los testigos.
¡Por todos estos delitos,
y más que no se enumeran,
pido que a Cresta Roja
se le dé la última pena!
Pido que se le aplique
por el delito fraguado,
para que escarmiente el mundo
que corre desenfrenado.
Yo cumplo con mi deber
haciendo esta petición,
¡pero no quiero privar de sus derechos
al Juez y al Defensor!

Ademais de esixilo o "guión", o programa da festa, iso de pedi-la última pena era o natural nun Fiscal da época, que se supoñían proclives, mentalizados, naquelas ¿depuracións? observadas, practicadas, nos últimos anos.
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Gómez Vilabella, Xosé M.
Gómez Vilabella, Xosé M.


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