Todavía están vivas en las mentes de los aficionados madridistas de España y del planeta futbol las imágenes de Marcelo, el internacional brasileño exultante después de conseguir el tercer gol contra el millonario PSG de Neymar y de su poderoso jeque catarí Nasser Al-Khelaifi.
Están lejanos los tiempos en que el albaceteño Don Santiago Bernabéu lanzó su proyecto de gran Madrid construyendo el gran Estadio que lleva su nombre y fichando a la mítica "saeta rubia" Alfredo Di Stefano, el gran porteño, que tenía en su jardincito delante de su chalet una pelota de fútbol con la inscripción "gracias vieja". El Madrid, aupado por un régimen franquista que tenía muy mala prensa internacional y que veía en la pelota, un balón de oxígeno catapultó a la fama al Real Madrid fundado el 6 de marzo de 1902 y sirvió de reclamo turístico de primer orden para la capital de España.
Don Santiago Bernabéu fue un hombre de acción y de gran visión de futuro, que soñó con dotar a Madrid, su ciudad de adopción después de la alicantina Santa Pola, con instalaciones deportivas de categoría internacional, era un hombre austero,que recomendaba a sus jugadores no hacer ostentación y comprarse y circular con coches utilitarios. Era muy polémico con quienes osaran atacar a su Madrid y muy amante de su mujer Maria Valenciano.Tuvo colaboradores estupendos como Raimundo Saporta, el hombre clave que impulsó el baloncesto en España.
Alfredo Di Stefano maravillaba por ser un jugador todo terreno, que lo mismo marcaba un gol de tacón, que sacaba en la raya una pelota que entraba en la red.Incansable, infatigable, no se lesionaba, algo inaudito. En su jerga futbolera decía "un cero cero es como un domingo sin sol' y se revestía de modestia para decir "ningún jugador es tan bueno como todos juntos" y presumía "marcar goles es como hacer el amor, todo el mundo sabe como se hace, pero ninguno lo hace como yo' y justificando su retirada después de muchos años en el Madrid y finalmente en el Español de Barcelona "me retire a los 40 años porque mis hijas un día me miraron y me dijeron 'papa, calvo y con pantalones cortos, no quedas bien".
Don Florentino Pérez y Cristiano Ronaldo forman el binomio actual de éxito galáctico del Real Madrid, club de fútbol mundial, en un año de gracia, en que hasta un Papa es hincha del San Lorenzo Almagro. Estamos en plena revolución digital, de mercadotecnias, de másteres deportivos, de negocios millonarios y de especulación planetaria.
Mientras Santiago y Alfredo formaban una pareja romántica detrás de un balón victorioso, Florentino y Cristiano son un matrimonio de conveniencia, de los de antes, que se casaban por interés. Cristiano ha entrado en el registro de los "cebs" internacionales, las celebridades de la Jet set que se codean, es un decir con las Paris Hilton y las Kardashian. Florentino hombre de negocios compagina su empresa ACS con el Real Madrid y esta prestigiosa presidencia le granjea contratas sin cuento de Canadá a la China. No hay altruismo, hay frío calculo, pero su planteamiento empresarial hace que las finanzas del Real se estudien hasta en Harvard.
La leyenda del Real Madrid que sobrepasa nuestras fronteras se forja con estas grandes luminarias y toda una legión de jugadores y aficionados del ancho mundo.El revolcón al orgulloso, ufano y bimillonario PSG sirve para ensanchar su gloria y colorear la vida gris y monótona de muchos habitantes de esta planeta poblado de locos por el balón.
Joaquín Antuña
joaquinant@hotmail.com
